Una poderosa premisa no garantiza una buena película, tal es el caso de ‘El círculo’, película dirigida por James Ponsoldt y basada en la novela de Dave Eggers, quien además es uno de los guionistas, que narra una historia en la que la tecnología se apodera completamente de nuestras vidas.

La protagonista es Mae Holland (Emma Watson), una chica que trabaja en atención al cliente y que vive con sus padres, con el atenuante que su padre padece esclerosis múltiple, y que de pronto consigue ser contratada por una gran empresa llamada ‘El Círculo’.

Mae es apantallada por el intenso clima laboral de la compañía, además de lo que representa para su desarrollo personal y las posibilidades para su familia en cuanto a atención médica. Cuando le sucede un incidente, Mae acepta la propuesta del dueño de la compañía de hacerse 100 por ciento visible para el resto del mundo, portando todo el tiempo posible una cámara consigo, dándole acceso a su intimidad a todo mundo las 24 horas del día.

El inicio de ‘El círculo’ contempla desde su planteamiento una interesante propuesta, pero conforme se va desarrollando la trama, ésta va perdiéndose entre una realización bastante fría, poco comprometida y convencional.

Los personajes no tienen un total desarrollo quedando todos desdibujados a partir del segundo acto, algunos no terminan de justificar su presencia (el de John Boyega), mientras que actores siempre sólidos como Tom Hanks parecen estar desubicados.

‘El círculo’ propone un relato que no termina de cerrar, que se diluye y que suelta al espectador a mitad de metraje sin conseguir volver a atraparlo, perdiéndose en un tramo final bastante flojo.


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