Cuando en 1990 se estrenó la versión original de ‘Línea mortal’, la película dirigida por Joel Schumacher desató una serie de controversias por la temática tratada, el investigar lo que hay más allá de la muerte, tema fascinante que superó por mucho los resultados de la película.

Ahora se ha realizado una nueva versión dirigida por el danés Niels Arden Oplev y la historia es más o menos la misma, un grupo de estudiantes de medicina experimenta una muerte provocada, donde con la asistencia de sus compañeros son regresados a la vida con el fin de registrar la actividad cerebral durante el tiempo de la muerte.

Los estudiantes Courtney (Ellen Page), Marlo (Nina Dobrev), Jamie (James Norton) y Sophia (Kiersey Clemons) hacen el experimento al que se niega Ray (Diego Luna), pero al poco tiempo descubren que hacerlo les ha traído consecuencias, más psicológicas que físicas, donde hechos acontecidos en su pasado han regresado para atormentarlos.

Si bien la versión original no era ninguna gran película, al lado de esta nueva entrega luce superior, desde el trabajo actoral, el desarrollo de cada uno de los personajes y a la forma de abordar el tema, buscando establecer un nexo entre las películas con la aparición en esta nueva entrega de Kiefer Sutherland, la cual resulta insatisfactoria.

Esta nueva versión ha buscado apegarse más a los posibles efectos de escenas supuestamente escalofriantes cercanas al terror, dejando de lado el buscar adentrarse en los personajes, sus motivaciones y derivaciones del experimento.

Las actuaciones son muy disparejas, apenas se salvan Page y Luna, quienes hacen malabares con un guion pobre y poco imaginativo.


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