Dentro de la movida de adaptar literatura juvenil llega ahora ‘El séptimo hijo’, una historia poco original que parece un remedo de varias historias recientemente vistas en otras tantas películas.

El maestro Gregory (Jeff Bridges), debe entrenar con urgencia a su nuevo discípulo, Tom Ward (un insulso Ben Barnes), quien siendo el séptimo hijo de un séptimo hijo debe cumplir su destino como cazador de brujas, por lo que juntos deberán ir tras Madre Malkin (Julianne Moore), una bruja que Gregory cazó en el pasado pero ha escapado.

A pesar de contar con dos de los mejores actores (Moore, Bridges), y un director con experiencia, esto es insuficiente para sostener un relato que no termina de cuajar en sus diferentes historias, y sobre todo, en la fallida y forzada relación entre los protagonistas jóvenes, que además carecen de toda gracia y fuerza interpretativa.

El máximo interés de la película está en los momentos que comparten Bridges y Moore en pantalla, a pesar de que no lucen del todo en papeles que podrían acercarse al ridículo, ellos saben bien como sacarlo adelante, en una historia repleta de efectos, peleas, extrañas criaturas y hasta fantasmas que dan forma a este sinsentido.

Una película que apenas entretiene pero que no funciona del todo.