El caso de la saga de ‘Rápido y furioso’ es un tanto atípico, una saga que inició en la medianía con la primera entrega a cargo de Rob Cohen que, sin embargo, logró dotarla de un par de momentos inolvidables y, por supuesto, la química latente entre Vin Diesel y Paul Walker. La segunda entrega, olvidable por completo, llegó sin Diesel y dirigida por John Singleton, sin duda la menor de la saga, película que no gusta ni a los amantes de los autos y la velocidad.

A partir de la tercera entró al relevo Justin Lin, para salvar una saga que parecía condenada al fracaso con una tercera parte que presentaba nuevos personajes en un escenario diferente, Tokyo, historia que después sabríamos se ubicaba temporalmente entre la sexta y séptima entrega.

Lin supo elevar el nivel en cada una de las películas, rescatando al elenco de entregas pasadas y sobretodo retornando a la pareja principal de Diesel y Walker, y convirtió cada película de la saga en un placer culpable para muchos cinéfilos, filmando como pocos las trepidantes escenas de acción, quedando el nivel más alto de su etapa en la película número 5, que sucedía en Rio de Janeiro, una apoteósica aventura que consolidó la franquicia.

Ahora, luego de convertirse en un director respetado tras los sólidos filmes que han dado forma a su filmografía, tales como la primera ‘Saw’, las ‘Insidious’ y sobre todo ‘El conjuro’, James Wan redobla la puesta entregando no sólo la mejor película de la saga, sino también la más emotiva y adrenalínica de todas.

‘Rápidos y furiosos 7’ arranca justo donde termina la 6 y se engancha con la trama presentada en la tercera parte, el personaje de Ian Shaw (Luke Evans) ha quedado postrado en un hospital y su hermano ha decidido vengarse. El primer acierto de ésta 7ma parte es el ingreso a la saga de Jason Statham, uno de los mejores actores de acción del momento y un digno rival para el grupo, al que se le suma Djimon Honsou como un efectivo villano, malo malo, pero que no desentona. Sin embargo el mayor acierto es la presencia de Kurt Russell, un actor emblemático con la capacidad de aportar tanto con apenas un simple guiño.

La película de Wan mantiene el nivel de las últimas películas de Lin en las secuencias de acción, perfectamente filmadas y donde es imposible perderse, con un ritmo sostenido durante toda la película que no decae nunca y con una de las secuencias de acción más trepidantes de los últimos años, sin demeritar las otras que forman la película, y que se ubica en el mismo nivel de, por ejemplo, la secuencia final de ‘The Avengers’.

‘Rápidos y Furiosos 7’ es mucho más que sólo entretenimiento, con un elenco por demás compenetrado y un director en plena madurez, que se permite además incluir un merecido homenaje al fallecido Walker, en un momento emotivo y sincero. A disfrutar.