En unos tiempos donde la fantasia inocua, tierna y hasta infantil cada vez se desdibuja más e interesa menos, películas como la de John Sayles huelen aún a los años 80, plenos de esperanzas que actualmente muchos jóvenes (y yo tengo 36 pero ya me considero anciano) no han podido conocer. Para ellos y para ellas, nacidos en el 82, 83 etc recomiendo este film, soñad un poco con mundos mejores y practicad de nuevo el sano empleo de fantasear solo unos momentos en cama antes de dormir, sin televisión, consolas ni pornografía; espero francamente que podamos volver a disfrutar de cada uno de los sencillos placeres que el mundo,la política y los bancos junto a las multinacionales sionistas (que conste que admiro al pueblo judio, pero en cada comunidad nace siempre una oveja negra, reconocida por lo regular por los miembros más razonables de la misma al igual que el cristianismo extremo medieval en la nuestra, considero lícito opinar sobre quien te rodea y dirige tu destino al igual que el puede lo haga de ti) nos han robado puede que para siempre.