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Vanuatu Vanuatu · Villaescoria de cirullos
Voto de Patomelon:
8
Bélico. Drama Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
18 de marzo de 2007
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una palabra clave que me viene a la cabeza a la hora de pensar sobre esta película: Locura. Esa es la palabra para comprender las variopintas personalidades y comportamientos que tienen los soldados protagonistas de este viaje hasta el infierno, hasta el corazón de la locura, hasta el coronel Kurtz. En ese viaje, a veces cámara en mano a veces con la distancia de un observador neutral, nos deja numerosos pasajes de gran belleza y majestuosidad (no quiero hablar ya de las típicas escenas a las que todos hacemos referencia) que parecen querer sacarnos de lo que en realidad está pasando o más bien para prevenirnos sobre ello. Porque, realmente la guerra es una locura, y si puedes hacer surf mientras estás en ella, ¿por qué no?
Desde que la película empieza uno se da cuenta de que va a ver un espectáculo grandioso, el gran espectáculo de la guerra, cuyos protagonistas deambulan por ella cogiendo un poco de locura por aquí y otra por allá hasta llegar a su clímax cuando conocemos al personaje que llevamos esperando toda la película. Pero en el camino conoceremos a muchos otros y muy variopintos como el personaje del fantástico Robert Duvall o a Dennis Hoppoer, sin duda lo peor de la película.
Sin embargo no puedo evitar pensar que estoy viendo una película de grandes y puntuales momentos majestuosos que ocurren en medio de la nada, y me esfuerzo por pensar que no es así y que Coppola trata de decir algo más que confirmarnos que en realidad no estuvo en esa Guerra. De todas formas la fuerza y la fascinación que ejerce una película de este talento es de esas que no te deja apartar los ojos de la pantalla, aunque a veces te de la sensación que no estes viendo más que bonitos paisajes de guerra que danzan al son de enormes y grandiosas músicas...
Patomelon
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