No se si me dejaré llevar por el subjetivismo, pero casi no recuerdo una película tan tierna, mágica, sensible...Un mastodóntico ejercicio de cine que debería catapultar a esta película a la categoría de obra maestra, jamás una película convivió de tal manera con la naturaleza, nunca una película fue la naturaleza en sí de forma tan sincera. Historia de amor de la que no forman parte los humanos, mostruos que destruyen aquello que la película defiende. Aún después de haber sido una de las películas que más veces he visto en mi vida, sigue siendo y será una de mis preferidas y nunca, nunca, jamás me dejará de emocionar...Hasta puede que alguna vez más llore.