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España España · bilbo
Voto de gaz:
8
Western. Drama A Wyatt Earp (Henry Fonda), antiguo sheriff de Dodge City, le ofrecen el puesto de comisario de la ciudad de Tombstone, pero lo rechaza porque le interesa más el negocio ganadero al que se dedica con sus hermanos. Sin embargo, cuando uno de ellos muere asesinado, acepta el puesto vacante y nombra ayudantes a sus hermanos. Contará también con la amistad y la colaboración de un jugador y pistolero llamado Doc Holliday (Victor Mature). (FILMAFFINITY)  [+]
11 de febrero de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ley contra la anarquía. Este es el tema principal que dirige “Pasión de los fuertes”. Eso sí, de una manera muy poética y humana. La anarquía es lo que reina en Tombstone hasta que llega Earp e impone la ley. Los hermanos Clanton intentarán sabotear esa ley, pero los hermanos Earp, con la ayuda de Doc Hollyday, no lo permitirán.

Por lo tanto la ley coge ventaja desde el momento en el que Henry Fonda acepta la estrella de sheriff en el pueblo de Tombstone al este de Kansas. La civilización florece en el pueblo construyendo una iglesia, e incluso organizan un baile, pero la auténtica ley civilizada no llegará hasta después de que los hermanos Earp y Hollyday ganen la pelea de OK Corral. Es al final donde Wyatt se encuentra con Clementine que le dice que será la maestra del pueblo. Clementine es la representación de la civilización absoluta que llega con la educación.

La historia de Wyatt Earp y sus hermanos se ha llevado al cine muchas veces, pero la versión de John Ford es, sin ninguna duda, la más humana. Ford centra toda su atención en los pequeños detalles cotidianos como un corte de pelo o la enfermedad, más que en la batalla en OK Corral.

La interpretación de Henry Fonda como Wyatt Earp, es lo que marca la mayor diferencia entre las otras versiones y esta. Ford nos presenta al vaquero como un recién llegado con experiencia que se levanta cuando entra una mujer en la habitación, sabe bailar o se enamora, y no como el típico hombre de acción.

Quizá por eso tiene una relación tan confusa con Doc Hollyday, porque éste sí que representa al hombre de acción, aunque también de manera diferente a la habitual, ya que a pesar de ir de tipo duro, Hollyday nos deja ver su pasión por la poesía en ese precioso plano en el que él mismo termina de recitar a Hamlet, acercándonos un poco más a su miedo al inevitable destino que le depara su enfermedad, la tuberculosis: “pero ese miedo a lo desconocido después de la muerte, el país por descubrir de cuyo objetivo nadie puede volver, desconcierta a la voluntad”.

Earp y Hollyday son la pareja más importante de “Pasión de los fuertes”, enfrentados al principio, llegan a una especie relación relajada y sin problemas hasta que Wyatt cree descubrir que Hollyday fue el que mató a su hermano. Después de este punto de tensión la pareja terminará de unirse en un objetivo común: su odio hacia los hermanos Clanton. Este odio se vengará al final de la película cuando ellos y los hermanos de Wyatt se enfrentan a los Clanton. Hollyday se sacrificará para que Wyatt Earp salga victorioso (igualmente iba a morir por su enfermedad).

“Pasión de los fuertes” nos descubre a un John Ford poético, con detalles muy sensibles y humanos, pero también nos muestra los simbolismos típicos del western como la imposición de la ley en sitios descivilizados. La mezcla de ambas cosas hacen de este western, una de las películas más logradas de este genio del cine.
gaz
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