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Voto de jastarloa:
6
Western. Bélico. Drama Juan Miranda y John Mallory, un veterano del IRA, se conocen en México y planean trabajar juntos robando bancos. Un día dinamitan una prisión creyendo que era un banco. La explosión libera a los revolucionarios presos, y ambos se convierten en héroes de la revolución. Poco tiempo después, las tropas del gobierno, comandadas por el coronel Gutiérrez, comienzan a seguirles los pasos. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2006
35 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Agáchate, maldito!" puede considerarse como una fútil imitación de las obras maestras de Peckinpah –en el 71 ya contaba con dos–, un director para el que el proyecto parecía pensado: amistad extraña, traiciones, masacres, México... Leone no le llega ni a la suela; su estilo, aunque pueda parecer similar, no tiene la misma fuerza, es mucho más cutre técnicamente –no ya sólo el montaje, sino la puesta en escena, la pirotecnia, los decorados...; Sam hacía que cuatro duros parecieran mil pesetas, lo cual no quiere decir que abandonara sus escenarios marginales y cochambrosos– y no consigue que el espectador se ponga en el pellejo de los protagonistas. Otra cosa que los diferencia es la duración de sus películas: Peckinpah seguía la filosofía de "como mucho dos horas; y si las supero, que al menos haya buen ritmo –la excepción es «Pat Garrett y Billy The Kid»–", mientras que Leone seguía la menos recomendable de "como poco dos horas –ni uno solo de sus trabajos baja de los 120 minutos–; y además voy a intentar alargar los planos hasta que me aburra yo mismo". Leone, si acaso, tiene un sentido del humor más marcado, pero sólo eso.

Y me gustaría dedicar ahora unas palabritas a Morricone. No me cabe ninguna duda de que este compositor tiene arranques geniales de la mejor clase, pero –y lo digo yo que soy uno de sus fans más acérrimos– de vez en cuando tiene deslices que me han llevado a colocar varios de sus trabajos entre las peores bandas sonoras que he escuchado. El de esta película está cerca de ser uno de ellos: aunque hay tramos simpáticos –sobre todo al principio–, en los flashbacks y en las masacres utiliza unos coros sesenteros que los destrozan por completo.
Otra de las colaboraciones suyas con Leone que lamento es la de "Hasta que llegó su hora", en la que se pone muy empalagoso.


La masacre en el puente no se puede comparar con la de Grupo Salvaje, más que nada porque no hay una buena introducción a ella.
Se alternan momentos de gran cutrez, propios del spaguetti-western, con planos típicos del cine épico –pésimamente acompañados por la música, otra vez–.
Los flashbacks en los que Coburn aparece besando a la tía y el otro mira como un subnormal son totalmente ridículos.
jastarloa
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