Como no eran tontos en los Estudios Ghibli, en un principio dirigieron sus producciones hacia los niños, que son los únicos que no tienen prejuicios en contra de la animación. Pero los adultos inteligentes pronto se dieron cuenta de que había algo más que un cuento para niños en series como "Sherlock Holmes".

Tenemos aquí una maravilla visual y narrativa, en la línea de Ghibli, es decir, técnicamente perfecta.
Lo único que no me termina de convencer es el final. En el manga es muy frecuente que los finales se les vayan de las manos.
De todas formas, hay muchos momentos para enmarcar. Recuerdo con especial nostalgia las escenas en las cuevas, las batallas en el cielo y esa familia de piratas tan peculiar.