En 1991 "El silencio de los corderos" inauguró una etapa en la que el slasher ya dejaba de formar parte del primer plano cinematográfico de videoclub. Las películas que inundaron los ochenta ya no tenían cabida en los thrillers científicos y ahora repletos de estrellas de cine venidas de géneros populares, convirtiendo los años 90 en los precursores de la popularización vulgar del thriller forense.

Afortunadamente con esta película, rescatada de las catacumbas gracias a su edición en Bluray en Reino Unido y que ha llevado casi 10 años el poder recuperar el material rodado (en 16 mm) y restaurándola como toca, por fin se le da una segunda vida y esperemos que cinéfilos que ya han visto de todo, le den una oportunidad a estas películas abandonadas.

Traci Lords en su mejor etapa de belleza irradiante y sexual y en su apogeo de thrillers televisivos de psicópatas e intriga sexual, anda tras los talones de un peligroso asesino en serie que arranca la piel a sus víctimas. Es el Buffalo Bill que no nos mostraron en El silencio de los corderos. Aquí tenemos la parte sórdida del asesino, grandes efectos artísticos de la vieja escuela, mucho látex y mucho jarabe de maíz.

El hermano de Sam Raimi, Ted Raimi, quien ha hecho una mejor carrera en el gore y la serie B, especialmente en Intruso en la noche (1989) está perfecto como Skinner. De loco a sensible, de psicópata a vulnerable es en estas películas de serie B o independientes en las que estos ambientes sórdidos se representan en su insana naturaleza.

La película rodada en 16mm en 1993 parece que bebe más de Henry, retrato de un asesino que El silencio de los corderos, aún así se sostiene por sí misma, al contrario que el cine actual lleno de multireferencias pasadas.

Merece la compra a ciegas en el mercado inglés. El libreto que trae la edición bluray explica cómo el celuloide desapareció desde prácticamente en su muy limitado estreno y como han tenido que dedicar casi 10 años para encontrar los materiales originales que ya daban por perdidos.