Como siempre digo, el humor es muy particular. Así que a cada uno le hace gracia lo que le hace gracia, sin tener que aportar más motivos. Ahora bien, cuando se hace una crítica, valoración, juicio o puesta en común hay que dar algún argumento más que el meramente subjetivo del tipo "a mí me ha gustado", "me ha resultado entretenida" o "me he reído mucho". Por ejemplo, si te has reído ¿de qué? En este terreno, me cuesta ver en "Little Nicky" algo hilarante. Como no sea, y me temo que va a ser eso, la peligrosa tendencia que consiste en reírse de la gente, por ejemplo, las pintas de Nicky (Adam Sandler), no veo yo ni ingenio, ni situaciones, ni diálogos, ni nada, salvo gags primarios.

Así, ¿qué tenemos? Pues un argumento con cierta originalidad y algunas ideas ocurrentes, como el pájaro salido (es lo único que me hizo gracia) o el perro parlante, aunque como ésta, tampoco son tronchantes. Pero nada más. En lo demás, "Little Nicky" es vulgar, infantil y por qué no decirlo, idiota. Aunque en su defensa, añadiré que no maneja un humor grueso, ni es soez, como afirman algunos comentaristas. Por mi parte, mi máxima ilusión era ver a Patricia Arquette de diablesa sexy. Bueno, en realidad, a cualquiera como diablesa sexy. Creo que incluso me hubiera gustado hasta Reese Witherspoon, que aparece inopinadamente en los últimos quince minutos. Pues ni eso, ninguna diablesa.