Complejo thriller, estad atentos a los explicaciones y a la trama porque si no os perderéis, que pone la diana en los bancos, como los villanos de turno. Con una ambientación europea, Berlín, Lyon, Milán, Estambul (también sale Nueva York), que siempre queda bien en el cine, sobre todo en este género, nos adentramos en una complicada investigación, que si bien es llevada con grande saltos y con unos diálogos excesivamente rebuscados, por lo menos se hace con cierto aire de seriedad. A todo esto hay que añadir una pareja protagonista con cierto gancho, aunque el personaje de Naomi Watts se difumina, pero sobre todo, una larga secuencia de acción muy espectacular sin ser fantasma en cierto museo de cierta ciudad que cuando la veáis no ofrecerá ninguna duda.

Lo que hace distinta, incluso actual, a "The International: Dinero en la sombra", el título no es lo mejor de la obra, es el ataque al sistema bancario, hecho un poco a brocha gorda pero para ser de los primeros, nos vale. Sobre este punto, es decir los bancos, hay mucho demagogia como también defensas muy pelotas. Por un lado, la necesidad de estas instituciones es indiscutible, pensad en financiación, crédito o ahorro privado, como también el pago de las deudas. Ahora bien, estamos de acuerdo en que el control que ejercen sobre la política y la economía es excesivo. Sin embargo, esto no es tanto su culpa como de los políticos (y sus votantes) que se han apuntando al liberalismo ortodoxo desde hace décadas. Ahora el daño es tan grande que parece imposible una vuelta atrás restrictiva.