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Voto de Reaccionario:
8
Bélico. Drama Guerra de Vietnam. Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el soldado Eriksson (Michael J. Fox) es testigo de un crimen brutal cometido por sus compañeros. Incapaz de permanecer al margen, se enfrentará al resto del pelotón, pero sobre todo al sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2012
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se si hoy en día se podría rodar una película tan dura, inundados por la corrección política y la persistente manía de no querer molestar a nadie. Brian de Palma se atreve y nos deja una buena película bélica en el que la propia guerra pasa a un segundo plano para centrarse en las vicisitudes de un grupo de soldados y el brutal crimen que cometen.

El retrato del grupo es excelente y la realización de De Palma nos deja pinceladas de alto nivel como cuando remeda a "Apocalipsis Now" con las aspas del helicóptero y los ventiladores. Igualmente destaca la fotografía y, como no, la banda sonora de Ennio Morricone, como siempre, genial. Pese a sus virtudes, por una extraña razón, quizás por lo parco de la trama, el director no logra atinar con las teclas y crear una película realmente superior. Lo tiene todo pero los elementos no llegan a combinarse atinadamente y la carga dramática no es exprimida en su totalidad, faltando un punto de intensidad que le hace quedarse un tanto por debajo de lo que pudiera haberse esperado.

"Corazones de Hierro" te deja un sabor muy amargo. Ciertamente es de admirar la entereza, el valor, la determinación del joven soldado Eriksson para enfrentarse a la abrumadora presión del grupo, para mantenerse al margen de tal crimen, y luego hacer todo lo posible para resarcirse pese a las amenazas, desplantes y la indiferencia, hasta el punto de correr peligro su propia vida. Pero al final parece... (SPOILER)

Y aunque el crimen de los soldados es horrible y que sin duda merecen un castigo, la sensación que te deja es que pese a todo, no eran del todo responsables de lo que hacían. El desquiciamiento de la guerra, la anomía, la camaradería del grupo, el odio que los acaba inundando (como recuerda el sargento Tony Meserve), les lleva al más puro nihilismo en el que cualquier crimen pasa a ser algo insustancial.

Lo peor es que uno no puede dejar de sentir pena o cierta simpatía por Tony, (por el resto no tanto) porque no es un malo, malo (si la cinta acaba a los 20 minutos crees que es el héroe) sino una persona capaz de cometer hechos horribles pero también hacer cosas de gran nobleza. Como por ejemplo, salvar la vida a Eriksson al principio (o lo de los niños que no sale). Debe ser condenado, si, pero sin odio, incluso con lástima. De ahí la amargura de "Corazones de Hierro".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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