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Voto de Reaccionario:
4
Drama. Intriga Un joven (Ryan Gosling) empieza a trabajar como jefe de prensa de un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Durante la campaña tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político. Adaptación cinematográfica de la obra teatral "Farragut North" de Beau Willimon. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este thriller vestido de drama político de shakesperiano título arranca con el aliciente de ver enfrentarse a dos de los galanes más en boga de las últimas décadas. Lo curioso es que cuando vi al primero en "Crazy, Stupid, Love" (2011) no me convenció como seductor contraponiéndolo precisamente al segundo, que desde luego, lo es mucho más. En "Los idus de marzo" no está ninguno de los dos por la tarea pero pese a los años de más, Clooney pasa de los 50, creo que no hay duda sobre quién gana en este particular duelo. Pues el director. Pero, superada la parte más anecdótica, la obra parece de entrada un reflejo de la lucha en las primarias demócratas entre Obama y la señora Clinton aunque al final lo que les acaba saliendo, supongo que inintencionadamente, es un panfleto republicano en su retrato de la inmoralidad pública y privada de los que mueven los hilos en el partido que tiene el burro como emblema.

De todos modos, la crítica pretende ser general al establishment político sea del color que sea pero a costa de banalidades como esa de "nada va a cambiar", pero ¿qué va a cambiar si no pueden, ni quieren salirse del modelo demo-liberal?; o "el poder corrompe". No, corrompe al que es corruptible. O dicho de otro modo, la diferencia entre la persona honrada y la que no lo es no debería ser la falta de oportunidades para dejar de serlo. Estas pueden empujar pero nunca determinar. Sea como fuere, la película no es nada original. Promete un huracán pero se queda un bufido, como si Clooney se conformara con dibujar una situación delicada y nada más. De mientras asistimos a una serie de discursos, que no aportan mucho, intrigas por el poder, claramente exageradas, y amoríos, sin ningún tacto. Encima, es indignante ver a la bella Evan Rachel Wood, qué becaria, en un papel que es difícil que sea más triste.
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