Al igual que me sucedió con aquel clásico de Joe Dante, "Piraña" (1978), los sucesivos visionados de "Ruta Suicida" me han hecho ir modificando mi opinión sobre la misma, aunque con oscilaciones no tan pronunciados. Podría resumirlo en plan bursátil que cotiza a la baja. Si la primera vez que la vi, era un niño, espero que sirva de disculpa, me pareció un apasionante thriller, en la segunda oportunidad, mucho tiempo después, me convenció de que no era tanto. Ahora pienso que sólo llega a pasable siendo más o menos generoso.

La película que dirige y protagoniza Clint Eastwood arranca con una sencilla trama, el traslado de una testigo, que pronto desvela, para todos menos para el protagonista, una auténtica cacería humana. La historia invita a una asfixiante persecución pero lo que nos acaban ofreciendo es un guión un tanto plano, que explica muy poco pero que introduce una acción con demasiadas balas y poca tensión. Eastwood no acaba de coger el tono, entre lo romántico y una acción casi cómica. Aún así, entretiene y hasta tiene lógica (SPOILER).