La culpa del fracaso absoluto de la última película de los Monty Python reside en su peculiar forma de entender el humor. Alguno alega por esta página que "El sentido de la vida" es un espectáculo machista y sexista, pero lo que es en realidad es radicalmente progresista. Que la izquierda se dedicara en esa época a sacar a señoritas desnudas, como una muestra de libertad, que ciertamente lo es, no es problema mío. Pero sigo con mi análisis. Estos caricatos no se dedican a buscar la situación cómica, que la hay, sino directamente a ridiculizar, ofender, agraviar gratuitamente a todo aquello que perciban como conservador. Y esta postura les hace ganarse el aplauso de todos los espectadores de su misma cuerda ideológica pero el hastío de cualquiera que aprecie el humor, al margen de las consignas políticas. Así, aquí ponen en la picota, por ejemplo, a los capitalistas, a las religiones, la católica y la protestante, al ejército, a la edad media, al imperialismo, al sistema educativo, a la familia convencional, a la burguesía, a la cultura británica. La mirada de los Monty Python está viciada porque directamente hiere, como si lo divertido simplemente fuera destruir lo que odias. Eso es un pésimo humor. Pero además, se les ve demasiado el plumero. Se meten con lo fácil, pero ni una sola línea para ridiculizar a los ateos, a los sindicalistas, a la contracultura, desde los hippies a los punkis, o al movimiento feminista, por ejemplo. Claro, eso no, que de eso no se van a reír los progres.

Recapitulo, que el blanco de tu ataque sea la derecha no hace que necesariamente no sea gracioso. Lo que lo hace es lo burdo, "político" e infantil que es. ¡Infantil!! Pero si es humor inteligente, replican. No, es humor para niños. Y la prueba está en mí mismo. Recuerdo cuando vi "El sentido de la vida" cuando era un renacuajo y reconozco que hubo escenas que me hicieron gracia. Y eso es así porque la psicología, el sentido del humor de los más pequeños funciona diferente de los adultos. Básicamente, el niño se ríe cuando ve el mal desempeño de un rol determinado, cuando se ha transgredido una norma, cuando es sorprendido por una figura de autoridad. Por ejemplo, que todo un señor doctor no sepa cómo se llama un aparato y la nombre como "máquina de piiing", le despierta la carcajada. Como un hombre vestido de mujer, uno haciéndole mofas por detrás a un militar o cuando alguien dice "pene, pilila, nabo". Ese es el humor de los Monty Phyton, del nivel de preescolar. Ahora bien, al mismo tiempo la película, por sus recurrentes alusiones sexuales, al divagar sobre los dogmas religiosos, por su cita de los filósofos, claramente se dirige a un espectador adulto. Luego, la cuadratura del círculo, el público que apreciará en toda su profundidad su vis cómica será el adulto, infantilizado (¿se le puede llamar incluso inmaduro sin que se ofendan?) y políticamente de izquierdas. El sentido de la vida, para otro día, pero el sentido del humor de los Monty Phyton es ese.