Incitado por el más de 6 de nota de esta página, bastante alta para ser de los 90, y el recuerdo más o menos favorable de cuando la vi de niño, me acerqué a esta prometedora "Stargate, puerta a las estrellas". De entrada, me gustó el planteamiento, la pausa a la hora de contarnos la historia, la falta de prisa a la hora de apabullarnos con acción y sobre todo el propio argumento que mezcla con buen tino la ciencia ficción más descabellada con el antiguo Egipto histórico. En este sentido, Roland Emmerich estuvo avispado en su idea de explicarnos el origen de la civilización que floreció en el Nilo, tratando de dar una respuesta a la construcción de las misteriosas pirámides y a la antigüedad de sus restos arqueológicos, que si no me equivoco, realmente anteceden a lo que usualmente se cree. Concretamente que la esfinge de Gizeh tiene unos 10.000 años lo he escuchado en diversos foros. Aún así, el director no está acertado tanto en la respuesta como a la hora de jugar con el enigma.

Con estos ingredientes, "Stargate" prometía y durante los primeros tres cuartos de hora, la cosa no va mal. Sin embargo, llegado a un punto, creo que Emmerich se equivoca al reducir su obra a un producto demasiado convencional, familiar sino infantil y a la postre con poca intensidad. De este modo, en vez de adentrarnos a lo desconocido, al exotismo lleno de imaginación que nos deparan otros mundos, nos topamos con una historia demasiado antropológica y pseudohistórica, aderezada con gotas de comedia y romance que le hacen perder potencia. De este modo, la segunda parte de la película acaba no cumpliendo las expectativas que uno había depositado en "Stargate", con unos villanos de poca intensidad, secuencias de acción nada llamativas y un desenlace algo tonto y precipitado. Quizás lo mejor de esta cinta sea el intento de recrear mundos oníricos, que responde a cierta filosofía, medio Steampunk, medio new age, y que no sé si tienen nombre propio. En este sentido la imagen de la pirámide escoltada por tres lunas o planetas no tiene precio.