Vaya por delante de que "La lista de Schindler" es una gran película. Rodada de un modo exquisito, con la mezcla exacta entre realismo y lirismo, con una agilidad que hace que su largo metraje no canse, con un blanco y negro precioso, una banda sonora inolvidable, una excelente dirección de Spielberg y unas grandes interpretaciones, entre otras virtudes. Lo que sucede es que sus grandes méritos no dejan de ocultar ciertos fallos de partida que creo que a la postre hacen que el resultado final no sea tan redondo como pudiera haber sido.

Sería injusto catalogar de fallo el planteamiento general de la película. Tal vez, que hubiera sido más conveniente haberlo modificado. Ciertamente el tono documental-histórico de la cinta la convierte en la obra de referencia sobre el Holocausto. De hecho Spielberg puso las imágenes de esta tragedia para el imaginario colectivo de las sucesivas generaciones. Pero es precisamente este intento de filmar el exterminio el que la hace perder algo de agilidad. En vez de contarnos todos los hitos de la persecución desde las primeras medidas hasta la liberación de los campos tras la segunda guerra mundial, ¿no hubiera sido más intenso concentrarse en un episodio en concreto?

Igual sucede con la figura de Oskar Schindler. ¿Es preciso perder tanto tiempo en narrarnos desde el principio los primeros pasos empresariales hasta el final? La idea sería rebajar el tono documental, histórico y biográfico más frío y aséptico y aumentar lo puramente dramático, cinematográfico y creativo. Por ejemplo, se me ocurrió que la película podría haberse centrado desde que se abre el campo de concentración con la llegada de Amon hasta la salida del mismo. De este modo lo puramente biográfico, el retrato un tanto difuminado de los judíos, el momento cumbre de la lista, que se demora en exceso y es demasiado breve, los baches lógicos ante tantos minutos de duración, las reflexiones y los diálogos no tan intensos, lo excesivamente estereotipado de los nazis, etc. hubieran podido solventarse mediante una mayor profundidad.

Pese a lo dicho, "La lista de Schindler" resulta una película imprescindible, de obligado visionado, todo un mosaico de las miserias y grandezas humanas, todo un documento histórico sobre el holocausto de los judíos y una obra en la que Spielberg se atreve a genialidades como emplear sólo el color para la niña de la chaqueta roja y las llamitas de las velas.