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Voto de Reaccionario:
7
Aventuras. Western Año 1925. Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart) decide ir a Tampico en busca de oro para salir de la miseria. Emprende el viaje con otros dos vagabundos (Walter Huston y Tim Holt), pero la codicia y la envidia que surge entre ellos les creará más problemas que cualquier dificultad del camino. (FILMAFFINITY)
11 de agosto de 2012
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
... Si empiezo a creer que tengo conciencia, me volveré loco. Pero si no se cree que se tiene, ¿qué ocurrirá? Me fastidia estar pensando ahora en estas tonterías". Menuda frase, de entre otras muchas que salpican "El tesoro de Sierra Madre" de nuestro héroe mientras las llamas de la fogata parecen cubrirlo anticipando el infierno. Vaya secuencia inolvidable dentro de una película con unas cuantas de un altísimo nivel, de una belleza y autenticidad que te reconcilian con el cine clásico, el de en blanco y negro: la pelea en el bar, las carcajadas, la llegada al "Oso negro", el desenlace, etc.

Claro que para crear este clásico hace falta, no sólo unos actores del talento de un Walter Huston o Humphrey Bogart, sino un director como John Huston, que sabe dotar a sus historias de un lirismo especial y a sus personajes de una profundidad psicológica como pocos. He leído por aquí que Huston pertenece "a la segunda fila de los grandes directores de la historia" según los entendidos ¿Mande? Pero si es precisamente el mejor de los 40, 50 y 60. Son tantas sus buenas películas que referirlas me ocuparía prácticamente todo el espacio de esta crítica. Claro que entiendo perfectamente que a quien le guste el estilo de un Ford, un Wilder o un Hawks, unas veces correcto, otras un desastre, a veces hasta acertado, pero nunca genial, menosprecie la brillantez de Huston. Así va el cine siguiendo los modelos acartonados, superficiales y grises de estos y no el del creador de "El tesoro de Sierra Madre".

Se dice, y es verdad, que esta película es sobre todo un relato sobre las pulsiones humanas: la avaricia, la ambición, el egoísmo, la locura pero también la honestidad, la integridad y la compasión. En este sentido los personajes se van moviendo de un lado a otro, agitados por sus instintos más bajos y sus ideales más puros, con la conciencia (¡bendita conciencia! En efecto ¿qué ocurrirá si no se tiene?) como árbitro. Del mismo modo el azar, la casualidad, la pura suerte ("Dios, la naturaleza, el destino o como quiera llamarlo" dirá Howard) juega un papel fundamental. Ganar, perder, el éxito o el fracaso se mueven en el filo de la navaja. Lo importante es cómo responder a una cosa u otra. A ser posible con una carcajada bien fuerte.
Reaccionario
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