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Voto de Reaccionario:
4
Comedia. Drama En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el extravagante Guido llega a Arezzo, en la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a la encantadora Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Rodolfo, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible ... [+]
19 de agosto de 2012
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo que haya personas que puedan sentirse fascinadas por "La vida es bella" principalmente porque la idea de Benigni de construir una fantasía para que el hijo de Guido no se entere de lo que está pasando es muy buena. Incluso el "optimismo antropológico" del protagonismo puede resultan atrayente. Dicho lo cual, la cinta tiene unas lagunas tan grandes que el visionado me produce hasta irritación, una sensación parecida a la que puede causar, por ejemplo, "La familia Stupid".

Algunos de los errores de "La vida es bella" resultan evidentes. Por ejemplo, el hecho de hacer una parodia de lo que es el Holocausto resulta, por lo menos, de un muy dudoso gusto. Igualmente el realismo de lo contado brilla por su ausencia, ya sea porque el trasfondo histórico es prácticamente nulo, ya porque la situación en el campo resulta fantástica por inverosímil. Se podría añadir, que en realidad, la película no resulta ni bella, ni divertida, ni romántica, ni nada bueno. Si en cambio es de lo más cursi y repipi que he visto en mi vida, hasta el punto de sentir vergüenza ajena, mayormente en toda la primera parte. Luego el permanente histrionismo de Benigni no hace nada de gracia y si alguien piensa que haciendo el panoli de esa manera se va a ligar a cualquier chica, lo tiene claro.

Dicho lo cual, lo peor de "La vida es bella" es la filosofía que la impregna. Si Guido fabulara para ocultar la realidad al niño resultaría de lo más interesante. Pero es que Guido es así. El fabula constantemente porque, en el fondo, rechaza la realidad, realidad ante la que se siente un fracasado. Por eso crea un mundo alternativo en el que colmar todas sus ilusiones frustradas. Por eso le resulta tan fácil seguir con la comedia en el Campo. Al final, esa obsesión por no ver las cosas como son, es de idiotas y de cobardes. Idiota, porque no es capaz de identificar la realidad. Y cobarde porque mediante este ardid se limita a ir tirando sin correr el más mínimo riesgo. Para Guido no hay pobreza, no hay fascismo, no hay Segunda Guerra Mundial, no hay antisemitismo, no hay exterminio, no hay nada que pueda ser malo, no hay siquiera el dolor por la pérdida de sus seres queridos (SPOILER).

Guido se toma la vida a broma y por eso está estupendo el doctor alemán respondiéndole con la misma moneda. Para chuflas, él. En definitiva, al ver todo de color de rosas, Guido no hace nada por resistir al mal, por luchar contra él y vencerle. Vamos que si no se lo llevan con su hijo, todo ese periodo histórico que culmina en la gran tragedia de la Segunda Guerra Mundial hubiera sido una fiesta. ¿Verdad Benignini?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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