Con el argumento de que todas las comedias románticas son iguales y con el deseo de ser originales en este género tan manido como denostado, creo que injustamente, nos sale Robert Schwentke con una idea peligrosamente absurda. Tranquilos, no es suya, sino de la novelista Audrey Niffenegger que publicó su "La mujer del viajero en el tiempo" en la que se basa "Más allá del tiempo", en el 2003. La película no es desagradable de ver, incluso la pareja formada por Eric Bana y la guapa Rachel McAdams tiene química pero su razón de ser depende de un tipo que viaja aleatoria y espontáneamente al pasado o al futuro. Quitándole esta anomalía se queda en una simple, y muy simple, historia de amor.

"Más allá del tiempo" intenta disertar sobre los problemas de llevar una relación con alguien que desaparece durante semanas porque ha visitado otra época, lo cual es muy instructivo, nótese la ironía. La peculiaridad, que aquí nos dicen genética, además de ser la excusa perfecta para ponerle los cuernos a la mujer, no aporta realmente nada. Como alguien dice, funcionaría lo mismo si fuera jardinero o lo que fuese. Ahora bien, me parece que se hacen un lío en esta posibilidad fantástica. El viajar en el tiempo no sería una escalera en la que bajar o subir peldaños sino la elaboración de un nuevo tiempo. Es decir, realmente no se viajaría al pasado sino se contraería el tiempo para crear un nuevo futuro.