Viendo "Despertares" las comparaciones con la excepcional "El aceite de la vida" son inevitables. Y en este caso la cinta de Penny Marshall, como no podía ser de otro modo, sale bastante mal parada.

La historia, aunque pueda ser interesante, se enreda demasiado en el personaje del doctor Malcon lo cual creo que es un error ya que distrae del verdadero protagonista que es Leonard (soberbia actuación de Robert de Niro). Y además, peca de superficial, de ser en extremo suave ya que la directora esquiva todos los elementos dramáticos de la cinta. Todo se consigue con mucha facilidad: el dinero para las medicinas, el apoyo de médicos y enfermeras, la droga, la mejoría de los enfermos. Y lo que provoca tensión desparece como la sensación de frustración que pueden sufrir los enfermos ante su vacío vital o la propia desesperación de Leonard.

En fin, aunque correcta, con una buena música, buenas actuaciones y un final bonito con un mensaje de esperanza y amor, no deja de dejarte una sensación de que enfocada de otro modo, por ejemplo, desde el punto de vista de Leonard, con un estilo más seco pero más grandilocuente podía haber sido una obra excelente.

Si la comparamos con "El aceite de la vida", vemos que en esta el dramatismo es total ya que lo que conmueve no es tanto la enfermedad como la lucha, el esfuerzo, la fe de los personajes que son puestos a prueba por la enfermedad. Pero la película podría haber sido igual de buena sustituyendo la enfermedad por cualquier otra cosa. Pero en "Despertares", si quitamos la enfermedad, se queda en nada, y ahí esta una de las razones principales de la cortedad de esta última.