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Voto de Reaccionario:
6
Comedia Como miles de neoyorkinos, Richard Sherman (Tom Ewell) se ha quedado trabajando en agosto mientras su mujer e hijos disfrutan de unas gratas vacaciones en la playa. Siguiendo las recomendaciones de su esposa, está dispuesto a dejar de fumar, de beber, a acostarse pronto y sobre todo a no echar una cana al aire. Pero la tentación aparece cuando conoce a una despampanante vecina (Marilyn Monroe), tan sexy como ingenua. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un estilo puramente teatral, Billy Wilder no ofrece una comedia bastante alocada, para lo que era la época, pero con un resultado final desigual. Por ejemplo, la dificultad para mantener durante tantos minutos las secuencias con un solo personaje, Richard Sherman (Tom Ewell), se resuelve mediante monólogos en exceso largos y rebuscados. Para dar pie a esto, Sherman tiene que convertirse en un histriónico, delirante y paranoico hombrecillo, cosa que por momentos te resulta forzado aunque hay que decir que son precisamente sus paranoias las que más gracia te hacen. En esta línea, por momentos te recuerda a Jim Carrey y otras a Woody Allen pero con menos gracia. Concretamente el recurso de las fantasías que emplea Allen en "Sueños de un seductor" está mucho más logrado.

Pese a lo dicho, Wilder no sortea mal la adaptación cinematográfica de la obra de teatro homónima. Algunas secuencias son divertidas, lo mismo que ciertos diálogos y aunque no es ni mucho menos delirante consigue dibujarte una sonrisa durante buena parte de la cinta. Claro que buena parte de la simpatía está en los esfuerzos infructuosos de Richard, más que torpe, directamente tonto, para ligarse, ni más ni menos que a Marilyn Monroe, puede que más guapa que nunca (aunque a guapa, la secretaria no se queda atrás). Y digo Marilyn porque parece que se parodia a si misma. De hecho no tiene nombre y algunos datos te inducen a pensar que es ella misma. Por ejemplo, la "US Camera 1955" es real y es más que probable que la foto sea realmente suya. Por cierto, la famosísima imagen en la que se le alza el vestido con el aire del metro que tenía en la mente y que se puede ver en numerosas fotografías de la película no salen en realidad en la cinta, cosas creo que de la censura americana.

"La tentación vive arriba" da juego para comentar algo sobre su "filosofía". Por ejemplo, la mirada complaciente sobre lo que es ser un Rodríguez resulta un tanto ofensiva y aunque al final no llega la sangre al río no me parece que haya la más mínima condena de esta práctica tan miserable. Igualmente la película ofrece una imagen, aunque humorística, de lo que se supone que es la masculinidad, al menos en 1955. Ésta no se conforma con el dominio o el control sino que se entiende como casi la humillación de ella, con un trato que incluye hasta la agresión física (fantasía de la enfermera) todo lo cual, como mínimo, te choca. Del mismo modo la enseñanza de Marilyn sobre los gustos de la chicas no puede ser más políticamente correcta además de falsa, con el sólo objeto de consolar a los pardillos del mundo.

Por último, la figura de la "rubia tonta" perfectamente encarnada por Marilyn (nada más verlo reconoce que "soy tan tonta") me temo que representa un eslabón perdido entre la chica "decente" y la chica "liberada". Si la chica decente está atenta a cualquier intento de seducción masculina para pararle los pies y la chica liberada sucumbe directamente o, mejor, es ella misma la que "usa" a los hombres, la tonta permite el ligue y la seducción sin alarmarse porque no se entera de lo que pasa pero a la postre no sucumbe porque no es tan avanzada como la chica liberada y si lo hace hay que disculparla porque es tonta. Pero pasado el momento histórico, rechazado de plano el arquetipo de la chica decente, la rubia tonta no tiene sentido y desaparece prácticamente (salvo tal vez como secundaria) para da paso a la mujer liberada.
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