Existe algo de confusión respecto al origen de "Las diabólicas". En principio, se trataría de la adaptación un tanto libre de la novela "Celle qui n'était plus" de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, publicada en 1952 pero es que resulta que hay un libro titulado igual, que lo tengo señalado en mi lista de lecturas pendientes, "Les diaboliques", de Barbey d'Aurevilly, del 1874, autor al que el propio prólogo de la película alude a través de una cita, como si en realidad H. G. Clouzot hubiese querido fundir estas dos obras en el presente largometraje. Por cierto, que después de la notable "El salario del miedo" (1953) y de este trabajo, hay que tener en cuenta a este director galo. Y ya que estamos con las presentaciones, existe un remake de ésta del año 1996 que todo el mundo critica, pero que nada más por el reparto, Sharon Stone e Isabelle Adjani, me apetece ver.

Sea como fuere, lo que tenemos es un thriller como la copa de un pino, rodado con sobriedad, con una historia muy medida, sin nada superfluo, con muy buen uso de los tempos y con varios giros muy inteligentes que te dejan la mar de confuso. De hecho, por este camino se abre a lo sobrenatural y de ahí al terror, como figura también en la ficha de la película. Sin embargo, no todo es sobresaliente en "Las diabólicas" y como los franceses no tienen mucha fama de ingenieros precisos, hay algunas piezas que no terminan de encajar para que todo resulte redondo. Digamos que la trama podría ser más ágil e intensa recortando la primera parte, el "plan" sería algo rebuscado, efectista y arriesgado, y especialmente, el desenlace es excesivamente brusco y un poco deus ex machina. El último giro, desconcierta más que otra cosa. Con todo, es una buena película.