Tengo por costumbre realizar las críticas de las series una vez han concluido. Pero resulta que terminó la primera temporada y pensando que no iba a haber más, me encuentro con una segunda entrega y de hecho han anunciado ya una tercera. Por fortuna hay ficha nueva para "Stranger Things 2" así que puedo añadir algo más para esta segunda temporada, aunque dicho sea de paso, lo principal lo dije en mi crítica para la "Stranger Things" (2016) original. Me reafirmo en cada uno de los argumentos que expuse y tampoco es plan de repetirlos así que os invito a releer la mencionada crítica. Sólo un apunte, la copiada de clásicos de los ochenta, otra vez "Aliens" (1986), "ET" (1982) o la malucha "Los cazafantasmas" (1984) de un modo insistente, llega a plasmar la esencia de esta serie: un reflejo aberrante, como esos espejos de feria que nos ofrecen imágenes grotescas de uno mismo, de aquella década. Por ejemplo, si el que nos roba el corazón en los "Gremlins" (1984), además de la bellísima Phoebe Cates, es Gizmo, aquí es un repugnante monstruo hiperdentado. ¿Veis el paralelismo? Lo que antes era una monada ahora es una cosa asquerosa. Pues eso es exactamente "Stranger Things", me refiero a las dos temporadas y seguro que a las que sigan, una copia muy degenerada de aquellos años.

Por lo demás la serie sigue como puede la trama de la primera temporada, con más pena que gloria. Los niños continúan igual de odiosos y de hecho en ocasiones deseas que mueran por su estupidez. De hecho, en cualquier producto normal, por supuesto también de los ochenta, Dustin (Gaten Matarazzo) hubiera palmado ya. Pero como "Stranger Things" tiene sobre todo el objetivo de reivindicar a los pardillos pues no pasa nada pese a que buena parte de lo malo que sucede es culpa de semejante lelo. Y ya que estamos, la serie no tiene nada que ver, salvo los guiños cinematográficos o musicales, con los años ochenta. Cualquier mentalidad, estilo, intención o estética que existiera entonces ha sucumbido a la modernidad. La prueba más evidente de que son incapaces de recrear aquellos años es que ningún producto actual ni siquiera lo intenta. Sólo le ponen el letrero de los 80 y entonces la gente se lo traga pero no es verdad. Por ejemplo, ¿dónde está el equivalente de Phoebe Cates? "Stranger Things" es tan moderna como cualquier otra serie que la ubicaran temporalmente ahora. Entre tanto lo único bueno de esta temporada es la aparición de Max (Sadie Sink), que se deja querer, pero nadie se puede creer que se fije en X teniendo al lado a Steve (Joe Keery), esa si sería una pareja interesante.