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3
6.1
38,024
Drama. Intriga
Narra paralelamente la historia de tres personajes que han tenido algún tipo de contacto con la muerte: una periodista francesa (Cécile de France), que estuvo a punto de morir durante el tsunami que asoló el Sudeste asiático en las Navidades de 2004; un niño inglés (George McLaren) que pierde a su hermano gemelo en un terrible accidente y que busca respuestas, y un norteamericano (Matt Damon) que tiene el don de comunicarse con los muertos. (FILMAFFINITY) [+]
7 de enero de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Más allá de la vida" tiene la marca del cine de Clint Eastwood, aplomo y seriedad, pero también cae en lo anodino, en ser plasta y en la irrelevancia. La verdad, que no sé qué es lo que quiere contarme, al margen de cómo tres personas desconocidas entre sí y de países diferentes afrontan ciertas circunstancias relacionadas con la muerte. A la historia le falta inteligencia, profundidad y líneas de guión. Las escenas se suceden una de otras de otra, entre pausas, silencios, palabras intrascendentes y poco más. De hecho puedes llegar a los 80 minutos, sin que puedas explicar la trama.
El núcleo central de la película es la posibilidad de la vida más allá de la muerte. Sin embargo, el tema es tratado, o bien muy por encima, es que no hay ninguna reflexión, o con exageración, los poderes de George (Matt Damon), que ríete tú de los de Paloma Navarrete o Sol Blanco Soler, o con mala leche. En este sentido, se mezcla el odio a la religión con el deseo de algo más tras fallecer para dar lugar a secuencias bochornosas, carentes de cualquier lógica: ¿científicos perseguidos por el lobby religioso porque confirman que existe la vida después de la muerte? ¿Ratones cazando a gatos?
El núcleo central de la película es la posibilidad de la vida más allá de la muerte. Sin embargo, el tema es tratado, o bien muy por encima, es que no hay ninguna reflexión, o con exageración, los poderes de George (Matt Damon), que ríete tú de los de Paloma Navarrete o Sol Blanco Soler, o con mala leche. En este sentido, se mezcla el odio a la religión con el deseo de algo más tras fallecer para dar lugar a secuencias bochornosas, carentes de cualquier lógica: ¿científicos perseguidos por el lobby religioso porque confirman que existe la vida después de la muerte? ¿Ratones cazando a gatos?