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Voto de Siempreasimetrico:
5
Comedia Jake llega a la Universidad de Texas en su deportivo, con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen. Quedan sólo unos días para que arranque el curso, pero piensa aprovecharlos conociendo chicas, yendo a fiestas y haciendo amigos. Secuela espiritual de Dazed and Confused, ambientada en los años 80. Los protagonistas, un grupo de jugadores de béisbol a punto de ingresar en la Universidad, son conscientes de que las obligaciones ... [+]
29 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo nada. Desaprendo.

En el inicio de los 80 tenía 10 años. Uno cuando crece a esas edades está influenciado por los adultos que salvaguardan tu integridad, cualquier referente en esas fechas era generalmente anterior y pasado. Antes de comenzar los noventa la mayoría de edad me permitió ejercer como patrón en el mar de mis gustos. La influencia paso a ser la de los veteranos, referente al alcance de la mano de todo aquello que uno está deseando experimentar. En este trance del crecimiento personal en mitad de los 80 uno, en mi caso, acaba transitando por toda esa década, la cual vives intensamente, sin sentirte plenamente identificado por la razones mencionadas y como si de un purgatorio se tratase, te tragas diez años antes de descubrir lo que el abanico del mundo te va a enseñar.

Quizás sea eso o quizás no. En Todos queremos algo, la película que nos ocupa, el viaje que se hace a la década mencionada es extraordinario. El coche en el que van el grupo de estudiantes en el inicio del nuevo año universitario, los pantalones marcando paquete, las camisas estampadas en el espanto, los mostachos exagerados o los cortes de pelo a la taza incomprensibles y un sinfín de apreciaciones que marcaron aquella época, se plasman con naturalidad y lograda maestría. Si le mostrásemos a un adolescente de hoy esta película y le dijésemos con artimaña mentira que la cinta se hizo en los ochenta básicamente no estaríamos faltando a la verdad. El logro es incontestable. Bien cierto es que Todos queremos algo es una versión completamente renovada de Movida en el 76 película realizada también por Linklater, el director, cuyo talento es evidente no solo por su maravillosa trilogía de Antes de… amanecer atardecer anochecer, también por Boyhood a la cual ha dedicado una década de su vida. Pero como he mencionado, quizá porque no viví adecuadamente esa época, no he sido capaz de ver lo que la crítica alega ser evidente.

Los hechos transcurren en una casa cercana al campus donde viven estos jóvenes pertenecientes al equipo de beisbol cuya única ambición en la vida es ganar el campeonato nacional, entre alcohol, chicas y juergas, estos machos rebosando testosterona por cada centímetro muscular de su físico envidiable, y o sus conversaciones, seguramente muy de su época y de su infumable mentalidad, transcurre todo salpicado por la gran estupidez que encierran estos personajes. Desde el minuto uno al final, que parece no llegar nunca en el 116, las casi dos horas se me hacen interminables. Me hubiera sentido más a gusto atado a un árbol en mitad del bosque a expensas de ser devorado por alimañas. En ningún caso exagero cuando mi prudencia me exige ser hasta el extremo cinematográficamente comedido.

Odio seguir al rebaño cuando mi conocimiento cinematográfico me pone en evidencia. Para mi esta película es insoportable de ver, agotadora, insustancial y cansina, por tanto reconozco que este papel de oveja negra que me ha tocado interpretar me sienta bien.

Añado muy a mi pesar, después de atragantarme con Todos queremos algo, que la excepción espero que confirme la regla… “a buena crítica, buena película”
Siempreasimetrico
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