El cine es tan subjetivo que a veces da miedo.
Miedo por leer tantas críticas tituladas “Obra maestra” sin entender por qué. Obra maestra de qué. ¿Arte? ¿Dónde? El tal arte debió aparecer en escena mientras yo miraba la hora y ajustaba las manillas pensando que el reloj se había muerto y en realidad había sido mi paciencia frente a un film que no había por donde cogerlo. Quizá el problema esté en las expectativas que te creas minutos antes de dar al play sabiendo que estás apunto de presenciar la obra de arte más jodidamente buena jamás creada…y esto señores, es mucha presión.

Siendo tantos los que os sentís abrumados ante tanto arte que casi se hace insoportable, os daré unas cuantas pautas que son necesarias para catalogar este film dentro de la utilidad del denominado “ARTE”:
Empiezo por el principio, como es normal claro, y las primeras obras de arte aparecen con nuestros amigos del Paleolítico superior. Aquí surge un serio debate sobre lo que se podría considerar arte y lo que no. Los arqueólogos al final consiguen ponerse de acuerdo y deciden catalogar el arte prehistórico mobiliar según dos aspectos: Arte utilitario o funcional, y el que es creado como un medio de expresión.
Haciendo un paralelismo con el séptimo arte, a este lo podríamos englobar en el segundo grupo, es decir, arte creado para ser admirado, para nuestro entretenimiento y diversión; para hacernos soñar con aquello que nunca creímos capaces de imaginar… en definitiva, un modo de expresión personal para ser admirado de una forma muy subjetiva.

Pero cuando una película no consigue llenar nuestras expectativas ni por asomo, lo que quiere decir que ni es entretenida, ni es divertida, ni emocionante y ocurre no sólo lo contrario, sino que empiezas a odiar la vida según pasan los minutos… ahí es cuando entra de lleno en el primer grupo: Funcional. Definido como aquel que fue creado como elemento utilitario con algún tipo de ornamentación y que con el paso de los años se le ha considerado una verdadera obra de arte.

Creo que está bien claro. El Padrino es un tipo de arte funcional, ya que no fue creado para nuestro entretenimiento, sino para ser utilizado como un tipo de instrumento, más en concreto para poder limpiarte el culo con él, y con el paso de los años se ha convertido en una verdadera obra de arte.

No me odiéis.