Desde París con amor es una de esas películas que te hacen reflexionar. Justo cuando termina y la gente se levanta y se va; tú te quedas pensando, paralizado, petrificado, sumergido en tus pensamientos…en el porqué de la vida, en la muerte; e incluso te planteas algún cambio en tu vida.

Bajo toda esa mierda hay un mensaje. Lo sé porque yo lo he captado, y a continuación lo voy a explicar para todos aquellos despistadillos que no se hayan dado cuenta:

- Los franceses son estúpidos. Los americanos son inteligentes. Ellos nos salvaron no de una, sino de dos guerras nada menos. Así que, siendo los dueños del mundo, tienen todo el derecho a ir donde les dé la gana y dar por culo. Porque ellos son así. Lo mejor de todo es que la peli es francesa.

- Los chinos son una mancha amarilla que se esparce poco a poco por todo el mundo. Y encima son unos traficantes de mierda. Hay que acabar con ellos cuanto antes. Y si viene un grupo a ver qué pasa… ¡zas! Me los cargo a todos porque es divertido ver como mueren. Además, hay tantos que nadie les echará de menos.

- Los pakistaníes son el virus del mundo. Están todos chiflados. Así que también hay que matarlos a todos…porque si eres moro, seguro que planeas hacer algo malo. Y si no tienes los huevos suficientes para matar a uno (por la ética y eso) no te preocupes que ya lo hará él por ti. Lo mejor de estos es que tienes toda la libertad del mundo para joderles a tiros, porque todos son malos, y si no lo haces ya te arrepentirás cuando les veas envueltos en dinamita. Malditos terroristas…

- Con los negratas ya tienes que andarte con cuidado porque tienen muy mala leche. Si te metes con uno salen 20 y encima todos llevan pistola. Lo mejor para deshacerte de ellos es engañarles, porque son tontos.

Cuando por fin se me había pasado el shock y me había animado a salir del cine, sin poder articular ni una maldita palabra, escucho a uno de mis amigos de fondo “¿Bueno, y qué os aparecido?” a lo que responde otro “Bestial” “¡Total!”