Laslo Nemes fue durante años el asistente de dirección de Bela Tarr, no es raro por eso pensar que su cine tenga mucho del genio Húngaro, en el 2007 Laslo hizo su primer corto llamado With a Little patience y ya todo era un preámbulo de lo que venia para este largo, no solo por el tema, si no por el estilo en plano de secuencia con un 35 mm detrás de su personaje. Pero el ejercicio dramático y técnico con el Hijo de Saúl es enorme, no me puedo imaginar cuantas veces tuvieron que repetir las escenas, cada movimiento es milimétrico, la cámara nunca deja de moverse con el personaje, como un despliegue del desasosiego del mismo, es como un ojo visor hecho para nosotros haciendo parte mas que espectador de la terrible tragedia, muchos pensarían que el asunto del Holocausto ya tenia un punto final con obras como La lista de Schindler y El Pianista, después de eso han venido algunas obras menores y Una vida es Bella que si bien es un logro y encanto pequeño se siente reducida conforme incluso con el filme de Laslo. La composición artisitica de los planos es detallista, junto al personaje central, sabemos que su actuar es solo una condición voluntaria del entorno en que vive, en muchos niveles Laslo ha filmado el evento como ninguno, de una manera personal y retadora. Lo mejor además de la proeza técnica narrativa y técnica (lo que posiblemente le valga la mejor dirección del año) son el inicio y el final, asi como para dejar al moribundo flotando en el aire, no hay gratificaciones ni pases gratis, el infierno tenia un nombre en esos años. El hijo de Saul es uno de los mejores filmes del año, inaccesibles para algunos, ordinario para otros, maravilloso para los que sobran, no importa la posición que se tome, es imposible quedar indiferente.