No creo que sea para todos los gustos, porque contiene algunas escenas francamente desagradables, si bien, éstas son las que podría esperar ver uno en un matadero.

La narración es demasiado átona, pero la música está bien.

Lo mejor es el cuidado que se pone en los encuadres, ya que la mayor parte de las escenas son como fotografías. Se juega mucho con los reflejos y las líneas de los edificios. Se observa también que la cámara no está puesta en absoluto al azar. Es lo que más valoro de la obra.

Por otro lado, si bien algunos vegetarianos pueden encontrar argumentos en su favor, no creo que haya sido ésta la intención del director. Pienso más bien que reflejó lo mataderos tal cual son.