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Voto de GranKhan:
2
4.6
38,519
Fantástico. Romance. Thriller
Edward Cullen (Robert Pattinson) decide abandonar a Bella Swan (Kristen Stewart) para mantenerla alejada de los peligros del mundo vampírico. Con la ayuda de Jacob Black (Taylor Lautner), su amigo de la infancia y miembro de la misteriosa tribu quileute, Bella intentará superar el abandono de Edward, que la ha dejado sumida en el mayor de los desconsuelos. Pero los peligros siguen acechando a la joven; nuevas y asombrosas criaturas ... [+]
21 de noviembre de 2009
38 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de comenzar la crítica advirtiendo que tengo una justificación para haber votado y estar escribiendo: fui al cine por mi pareja. Sé que suena a excusa barata, pero os aseguro que es cierto. En el caso de la primera parte de la saga, ocurrió igual. En en aquella ocasión, he de reconocer que la película no me dejó demasiado mal sabor de boca. Es más, me resultó curiosa en algunos aspectos, y obviando el 90% de contenido para quinceañera hormonada, el enfoque diferente de una historia de vampiros me hizo no terminar arrepentido. Sin embargo, la de anoche fue una de esas veces en las que uno sale de la sala con la boca amarga, consciente de haber tirado el dinero a la basura, y de paso alguna que otra neurona. Y con unas pocas palabras será suficiente para explicar por qué.
Desde el primer instante del film, algo no funciona bien. A los pocos minutos de introducirnos en la continuación de las frías vidas de los protagonistas, comienza el despiadado y grotesco bombardeo de escenas a cámara lenta, tomas tramposas y repetitivas, y ambiente de ultra-dramatismo-romanticoso supérfluo e infructuoso. Los diálogos son tan incoherentes que casi es una ventaja que sean algo secundario, terciario o cuaternario, si es que llegan a serlo. La contínua sensación que produce cada palabra es que los guionistas no sabían como rellenar el espacio entre cada uno de los setecientos treinta momentazos épicos, románticos y mágicos de la película. Transiciones lógicas y necesarias no, acordes de piano sí. La narración es del todo imprecisa y equívoca, impotente a la hora de dar una estructura lógica a la historia, incapaz de ofrecer explicación ni respuestas a las pocas dudas que pueden surgir entre tanta escena repetitiva. Todo gira entorno a esa cascada de momentazos fallidos, con los que muchas niñas llorarán. Personajes vacíos, sin carácter, que pasan de puntillas por una historia frenéticamente nefasta. Actuaciones empalagosas e inexpresivas, incapaces de transmitir el más mínimo sentimiento. Y para colmo, efectos especiales de los noventa. Ni siquiera puede uno agarrarse al clavo ardiendo de las escenas impactantes que al menos tienen otras películas vacías.
Dicen quiénes han leído y releído el libro, que con esa base la película se comprende mejor, y uno no anda tan perdido y abochornado entre tanto sinsentido. No obstante, eso dice menos todavía en favor de la película, que en ningún momento logra conectar con quien no vive sumergido en esa historia, ni lo intenta. Pasa deprisa y corriendo por las pocas situaciones situaciones que podrían haber dado profundidad a la historia, haber explicado algo del mundo en el que viven, haber arrojado algo de sentido a esa serie de acontecimientos carentes de él. Pero no, el objetivo desde el primer momento es saturar al espectador con amor imposible, intentando que llore, y consiguiendo que vomite.
Un consejo sencillo, directo y fácil: si estáis a tiempo, no la veáis.
Desde el primer instante del film, algo no funciona bien. A los pocos minutos de introducirnos en la continuación de las frías vidas de los protagonistas, comienza el despiadado y grotesco bombardeo de escenas a cámara lenta, tomas tramposas y repetitivas, y ambiente de ultra-dramatismo-romanticoso supérfluo e infructuoso. Los diálogos son tan incoherentes que casi es una ventaja que sean algo secundario, terciario o cuaternario, si es que llegan a serlo. La contínua sensación que produce cada palabra es que los guionistas no sabían como rellenar el espacio entre cada uno de los setecientos treinta momentazos épicos, románticos y mágicos de la película. Transiciones lógicas y necesarias no, acordes de piano sí. La narración es del todo imprecisa y equívoca, impotente a la hora de dar una estructura lógica a la historia, incapaz de ofrecer explicación ni respuestas a las pocas dudas que pueden surgir entre tanta escena repetitiva. Todo gira entorno a esa cascada de momentazos fallidos, con los que muchas niñas llorarán. Personajes vacíos, sin carácter, que pasan de puntillas por una historia frenéticamente nefasta. Actuaciones empalagosas e inexpresivas, incapaces de transmitir el más mínimo sentimiento. Y para colmo, efectos especiales de los noventa. Ni siquiera puede uno agarrarse al clavo ardiendo de las escenas impactantes que al menos tienen otras películas vacías.
Dicen quiénes han leído y releído el libro, que con esa base la película se comprende mejor, y uno no anda tan perdido y abochornado entre tanto sinsentido. No obstante, eso dice menos todavía en favor de la película, que en ningún momento logra conectar con quien no vive sumergido en esa historia, ni lo intenta. Pasa deprisa y corriendo por las pocas situaciones situaciones que podrían haber dado profundidad a la historia, haber explicado algo del mundo en el que viven, haber arrojado algo de sentido a esa serie de acontecimientos carentes de él. Pero no, el objetivo desde el primer momento es saturar al espectador con amor imposible, intentando que llore, y consiguiendo que vomite.
Un consejo sencillo, directo y fácil: si estáis a tiempo, no la veáis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pero, si aun así, tenéis tanto dinero que queréis tirarlo de alguna manera, por 1,5€ que podéis enviar a mi dirección postal, yo os convierto las imágenes en palabras, y os ahorro el viaje.
# Comienza la película.
- Hola. Hola.
- Te quiero. Yo también. Yo también pero tú a mi no.
- ¿Me quieres?. No.
- ¿De verdad? sí.
- Pues me suicido. Pues yo también.
- Hasta luego.
- Hola, ¿me quieres?. No lo sé.
- Vale, pues me voy con esos mendigos desnudos y me suicido.
- Me da igual.
- Le quiero, ¿me quiere?. Sí.
- Hola.
- Te quiero. ¿Sí?, si me dijiste que no.
- Ya, y tú te lo creiste fácilmente.
- Claro, porque no te costó dejarme.
- Pues me suicido.
- Mejor no. Te quiero.
- ¿Me quieres?. Sí, te quiero.
- Me quiere.
- Se quieren.
- ¿La matamos?. No por favor, que nos queremos.
- Matadles. No, que nos queremos.
- Vale.
- Me quieres, te quiero.
- Yo también te quiero, ¿me quieres a mí?. A tí no, mira que cara tienes.
- Pues os mato a todos.
- Vale, mejor.
- Hola.
- ¿Te casas conmigo?.
# Fin de la película.
Acabas de ver Crepúsculo: Luna Nueva. Envíame el euro y medio antes de que la SGAE vaya a por mí.
# Comienza la película.
- Hola. Hola.
- Te quiero. Yo también. Yo también pero tú a mi no.
- ¿Me quieres?. No.
- ¿De verdad? sí.
- Pues me suicido. Pues yo también.
- Hasta luego.
- Hola, ¿me quieres?. No lo sé.
- Vale, pues me voy con esos mendigos desnudos y me suicido.
- Me da igual.
- Le quiero, ¿me quiere?. Sí.
- Hola.
- Te quiero. ¿Sí?, si me dijiste que no.
- Ya, y tú te lo creiste fácilmente.
- Claro, porque no te costó dejarme.
- Pues me suicido.
- Mejor no. Te quiero.
- ¿Me quieres?. Sí, te quiero.
- Me quiere.
- Se quieren.
- ¿La matamos?. No por favor, que nos queremos.
- Matadles. No, que nos queremos.
- Vale.
- Me quieres, te quiero.
- Yo también te quiero, ¿me quieres a mí?. A tí no, mira que cara tienes.
- Pues os mato a todos.
- Vale, mejor.
- Hola.
- ¿Te casas conmigo?.
# Fin de la película.
Acabas de ver Crepúsculo: Luna Nueva. Envíame el euro y medio antes de que la SGAE vaya a por mí.