Tenemos delante de la pantalla a una familia de clase media-alta, dice la sinopsis, supongo que más clase alta con dos sirvientas, parece claro. Una sociedad, eso sí, muy partida, en un país con grandes diferencias sociales. Un matrimonio que, desde el minuto 1 se ve claramente dividido, con las excusas de los viajes, a lo único que la buena señora se puede agarrar, a eso y a sus tres niños.

Alfonso Cuarón nos pone enfrente a una sirvienta que es un cielo, llena de ignorancia, que descubre, como si nada, el amor y a la primera cae en la trampa de un bicho del terreno, que la abandona de una forma cruel y despiadada, y no solo eso, sino que llega incluso a amenazarla.



El blanco y negro no hace más que endurecer la película, las imágenes son magníficas, la crudeza visual en muchos momentos dice mucho más que las palabras, y ese juego el director lo hace muy bien porque te llega de pleno al corazón.

En definitiva, una película notable, que no te deja indiferente, que te hace ver otras realidades repletas de ejemplos y además te las enseña de una manera salvajemente natural.

10 nominaciones y 3 premios Oscar, entre otros el de mejor película extranjera,no son casualidad.