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España España · Zaragoza
Voto de Travis:
7
Comedia Narra la historia real de la producción de la película 'The Room', que ha sido considerada como “una de las peores películas de la historia". Dirigida en 2003 por Tommy Wiseau, 'The Room' se ha estado proyectando en salas -completamente llenas- por toda Norteamérica desde hace más de una década. 'The Disaster Artist' es una comedia sobre dos inadaptados en busca de un sueño. Cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, ... [+]
16 de diciembre de 2020
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Mucho y bien se está hablando de "The Disaster Artist", última película realizada por el notable actor y ocasional director James Franco. Baqueteado en la dirección de largometrajes tras adaptar algunas de las novelas más inadaptables de William Faulkner, el protagonista de “The Interview” narra algunas de las vicisitudes que tuvieron lugar durante rodaje de “The Room”, película estrenada en dos mil tres en una única sala de Los Ángeles y que es considerada por muchos como “el "Ciudadano Kane" de las películas malas”. A quienes todo desconocíamos sobre el bodrio en cuestión, "The Disaster Artist" nos descubre también a su dizque director, guionista y protagonista Tommy Wiseau (interpretado con enorme brillantez por el propio Franco) norteamericano de origen polaco y hombre de vida sumamente críptica. “The Room” alcanzó el estatus de “midnight movie” y aún hoy es proyectada en sesiones golfas de algún que otro cine estadounidense.
No son, desde luego, los elogios recibidos por la cinta de Franco ditirambos o están en modo alguno injustificados. Una de las pocas voces disonantes ha sido, cómo no, la del Gran Crítico Desabrido quien ha declarado desde su privilegiada tribuna que la cinta “no le había hecho ni puta gracia”(sic). Bueno, podemos añadir, si todo se reduce a un problema de sentido del humor resulta incluso comprensible. Pero más allá de sus incuestionables virtudes cinematográficas, que no son en modo alguno picas, la película revisita, con admirable acierto, la figura del aspirante a artista que se cree ungido por un talento del cual carece, aparentemente, por completo. Pronto nos quedará claro que Wiseau no es sino un patán pagado de sí mismo, con no menores pretensiones que se solaza imitando a Marlon Brando o recitando los fragmentos más manoseados de las obras de Shakespeare. Franco evita que su retrato caiga en cualquier tentación caricaturesca pero sin escatimar escenas (algunas francamente chuscas) reveladoras de la presuntuosa personalidad de Wiseau. Pienso en ese momento en el que arenga -al mejor estilo del Enrique V shakespeareano- a su equipo en el primer día de rodaje de “The Room”. O ese otro en el que convencido de que mostrar su trasero durante una escena tristemente sórdida ayudará a comercializar la película, aparece en mitad del rodaje completamente desnudo. O aquél en el que aborda en un restaurante a Judd Appatow implorándole que le permita reencarnar ante él un célebre monólogo de “Hamlet”... No hay -y lo agradecemos- condescendencia hacia el personaje, por más que Wiseau nos despierte esa ternura tan comprensible hacia quien a pesar de todo, lo intentó. Como dijo Capote, el fracaso es el condimento que da sabor a todo éxito.
Pero la secuencia de mayor octanaje emocional en “The Disaster Artist” sea la que muestra, hacia el final de la película, el preestreno de “The Room”. Vemos en ella cómo Wiseau abandona el patio de butacas sollozante y escarnecido por las carcajadas indisimuladas del público ante los momentos más supuestamente dramáticos del filme. Franco se toma aquí alguna licencia que alivia el dramatismo de la escena, dándole un giro al desenlace en el que, por decirlo de alguna manera, su protagonista hace de la necesidad virtud. Muy otro- hoy lo sabemos- fue el verdadero final de aquella noche...
Un último apunte; ahora que en el grueso de las producciones norteamericanas el papel del director está poco menos que relegado al de un autómata a voluntad del sistema de producción, celebramos que haya quien aún esté dispuesto a correr riesgos y lo haga, además, con tan estimable conocimiento del oficio.
Travis
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