Quizá la única (casi seguro) que ha tratado el tema de las posesiones de una manera seria y consecuente. Está todo dicho de esta película, convertida en todo un clásico por méritos propios y jugando, aunque parezca lo contrario, con su mayor virtud, su cercanía al espectador y su realismo, al plantear su trama en una sociedad actual (o moderna en su época) y no en la edad media que hubiese resultado mas recurrente.

El peso de los años, por una parte, la ha beneficiado, su secreto, la magnífica planificación de su realización, con un montaje brillante y una narración sencilla y directa, acomete la trama principal y la subtrama del drama, por la falta de fé del padre Karras (que todo el mundo confunde con el exorcista real en la película, que no es otro que Lancaster Merrin) y el brillante guión las entrecruza y une para lograr un clímax dramático extenuante, que, a partir de la segunda mitad de la película alcanza su grado máximo, brillante Jason Miller, brillante el resto del elenco.

Si bien, tarda en desarrollar la trama principal, los primeros 15 minutos de película, con el prólogo del Padre Merrin en sus excavaciones arqueológicas, es un magnífico inicio, un anuncio sutil de lo que viene a continuación, que quizá, y es lo único desdeñable, en algún tramo de inicio la historia parece no arrancar, sin embargo la historia va sumando en interés y acaba no decepcionando...el resto ya es historia del cine.

SOLO DECIR QUE TIENE EL MEJOR CARTEL DE LA HISTORIA DEL CINE.

Quizá la tenga cariño porque se estrenó en el año de mi nacimiento, o quizá, por su casi inexistente B.S.O en la versión original de la misma (que solo aparece en los títulos de crédito, en la nueva versión algún retazo cae con la visión de unas monjas arrastradas por el viento) magnífico, sin duda Mike Olfield (Que lleva casi 42 años viviendo de su eterno "Tubular Bells", haciendo versiones de la misma incansablemente, pero magnífico..!!)

POR LO DEMAS, TODO DICHO...
Saludos