Se nota cuando un creador transmite todo lo que quiere expresar, este es el caso. Hilando muy fino entre géneros, Guillermo del Toro, nos entrega su obra más personal, y quizá, al contrario de lo que piensa la mayoría, su mejor película. Motivos hay de sobra para esta afirmación, en principio, que, resultando una obra distinta a lo que nos tiene acostumbrado, quizá por motivos comerciales, en esta desnuda el alma para ofrecernos un trabajo muy personal, muy arriesgado y sobre todo muy original, demostrando que el cine de corte fantástico puede ser más que digno.

Película repleta de bellísimos detalles, con una partida técnica envidiable, desde su dirección de producción, su evocadora fotografía, su Banda Sonora y sobre todo su sencilla e inmaculada narración, se nos muestra una obra bizarra en su contenido, arriesgada en su erotismo (que lo tiene, y sorprendentemente, más de lo esperado) y sobre todo en su deliciosa historia, demostrando que el arte de contar cuentos o historias imperecederas no está pasado de moda y en estos tiempos de cine artificial y pirotécnico, contemplar una trabajo realizado a la vieja usanza y contemplando el nucleo principal que es su magnífica historia, te llena y te deslumbra.

Es esta principalmente una película de corte romántico, es una historia de amor (tocando diversos temas sin tapujos y sin enmascararlos, los malos tratos, el racismo, machismo, guerra fría, etc...) un amor que traspasa límites y fronteras entre los sentidos, un amor visceral, extraño, pero ciertamente entrañable, conviene avisar al espectador que este NO es un trabajo de acción o fantasía al uso, mantiene su ritmo pausado para contar una historia eterna y delicada, alejada de efectismos y efectos especiales impactantes (que los tiene, pocos, pero muy bien manejados a lo largo de todo el film) y sobre todo una película de actores, de sensaciones y emoción, se puede entender que no es una película infantil a pesar del "bicho", se acomoda más al gusto adulto (incluso a un adulto puede llegar a descolocarle, avisados estáis), pero sin duda, su director a manejado de una forma tan incuestionable sus bazas, a la perfección, que resulta un título de una calidad incuestonable, UNA MARAVILLA.

Decir que me ha gustado, es decir poco, te llega al interior, te revuelve, te eleva y te vuelve a dejar en la butaca, no sin antes exprimirte cualquier atisbo de mínimo sentimiento, a esto colabora, sobre todo el impactante final,una última secuencia con toque maestro, en una película ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLE, una joya.

SALUDOS