John Landis volvió a reunirse con Eddie Murphy después de 'Entre pillos anda el juego' (1983) y 'El príncipe de Zamunda' (1988), la que seguramente sea su colaboración más recordada; por tercera vez Landis dirigió a Murphy en 'Superdetective en Hollywood III' y debería decirse con estos casos una frase tipo: "siempre debe ser lo más tarde posible si la dicha es mala". Estamos ante la que es la peor entrega de la trilogía (a partir del año que viene, tetralogía).

Para empezar, ni rastro de Ronny Cox, ni John Ashton, ni Paul Reiser. Tres actores cuyos personajes daban apoyo al Axel Foley para que la cinta no recayera exclusivamente sobre sus hombros, por lo que ya hay un mal presagio; vuelve Bronson Pinchot como Serge, pero en un rol en el que más que nada está por estar porque de haber estado ausente no se notaría en absoluto. Se supone que para compensar se ficha a gente como Hector Elizondo, quien interpreta a un Taggart de Hacendado, John Saxon y Theresa Randle quien ayuda en la trama, mas su verdadero rol parece más bien ser un interés romántico para Axel Foley.

De no regresar, ni siquiera tenemos a Harold Faltermeyer en la banda sonora, uno de los nombres que ayudó a hacer 'Superdetective en Hollywood' y su segunda parte películas más que solamente llevaderas.

En esta nueva trama, los villanos estarán trabajando en un parque de atracciones, siendo uno de ellos además un asunto personal para el personaje de Murphy por algo que se descubrirá en el prólogo. Una historia que debería ser interesante como lo fueron las dos anteriores, mas se queda en un "debería". Durante todo el metraje, salvo algunos giros que tampoco es que fuesen el culmen del ingenio, la historia no tiene esa fuerza para hacerlas atractivas como lo eran en las dos anteriores. Más bien se está esperando a ver como terminará todo y pasar a otra cosa. Al menos, el ritmo narrativo no lo ha perdido y tiene alguna secuencia a destacar como el ya citado prólogo, algunas secuencias de acción o la secuencia de los billetes 'bésame el culo'; aunque es verdad que se nota demasiado que hay escenas que están por estar, como la del rescate a los niños en la atracción o cada vez que Serge hacía acto de presencia.

Por otra parte, se podría decir que el reparto actúa mayormente sin ganas, tirando del piloto automático, cosa que afecta hasta al mismo Eddie Murphy. Los únicos que parece que lo intentan con mayor ahínco son Timothy Carhart, John Saxon y Theresa Randle; el resto, como si rodarán un anuncio para la teletienda.

Estamos ante una entrega fallida, que lleva el nombre de 'Superdetective en Hollywood' de forma indigna para la que fue en su momento una de los filmes más recordados de los años 80 y que contó con una secuela en 1987 que, sin ser tan buena como la original, le da sopas con ondas a esta. Es lo que pasa cuando los ingredientes que forman una película entera terminan siendo indigestos, sale algo como esto.