Aunque hace tiempo que dejó de entusiasmarme el anime, de vez en cuando tengo curiosidad por ver si alguien ha sido capaz de hacer algo distinto. Me recomendaron esta serie, y bien, doy fé de que se desmarca de la tónica general.

Empieza muy bien. Yagami Raito, un estudiante modelo japonés, encuentra un cuaderno que un dios de la muerte (un shinigami) dejó caer. El cuaderno le permite matar a quien quiera solo con escribir su nombre en él, y decide utilizarlo para librar al mundo de personas a su juicio indeseables. El planteamiento moral es bueno y original, la dicotomía bien-mal que nos presentan está bien narrada, de un modo llamativo, inteligente y adictivo. Los capítulos son cortos y la narración es en un principio ágil.
La serie usa un recurso común en el anime: mostrar los pensamientos de los protagonistas con voz en off cada cinco minutos, mostrando como discurren. Pero lo han hecho bien. Nada de discursos mentales que no llevan a nada. Nada de repetir lo mismo quince veces, como viene siendo habitual en el anime, insultando la inteligencia del espectador. Te hace pensar, te lo hace pasar bien, los dibujantes son buenos, la estética oscura-guay-japo-gótica queda de perlas, en fin: hasta ahí muy bien. Tras finalizar cada capítulo pones otro pensando "¡A ver que pasa ahora, a ver, a ver...!"

Pero no son capaces de mantener el nivel de la serie durante mucho tiempo. Los personajes adultos y profundos dejan paso a la ñoñería teenager de la mocosa de turno (Misa-misa), que aparece al cabo de unos capítulos para pasar a ser la cuasiprotagonista de la serie. Y su comportamiento se extiende a gran parte de los demás personajes. Niña gótica borrega que parece haber nacido con un megáfono en lugar de cuerdas vocales y una alcaparra en lugar de cerebro monopoliza Death Note. ¡Horror!

Ahí pierde originalidad, y decae. Si hasta este punto la serie estaba bien, y podía ser apreciada por personas cuyos gustos no estuviesen necesariamente enfocados hacia el anime, ahora ya no. Ahora te tiene que gustar mucho el anime para poder verle la gracia. Y lo peor es que apenas mejora, porque precisamente cuando parece que llega a un final apoteósico los guionistas la alargan innecesariamente. Te preguntas ¿A dónde quieren ir a parar?
Pues básicamente a lo mismo a lo que querían ir a parar siete capítulos antes del final. Meten un tramo argumental que en mi opinión sobra completamente. Le sobran cinco capítulos largos, en los que llega a hacerse un poco tostón.

El final está bien, la serie queda cerrada y bien terminada, pero aún con la resaca de todos los capítulos mediocres anteriores.
Lo bueno: Es de lo mejor en anime que se puede encontrar, al menos en formato serie. Los shinigamis. El protagonista, que puede llegar a resultar realmente odioso. No sé si esta era la intención de los guionistas, pero de ser así realmente lo han logrado. L.

Recomendable, no deja indiferente.