La Pianista o The Piano Teacher de Michael Haneke es una de las películas más perturbadoras que he visto. Es totalmente genial y a la vez grotesca. En esta película del 2001, Haneke adaptó el libro de la polémica Premio Nobel de Literatura Elfriede Jelinek. Haneke supo desentrañar la historia y dirigir la película de forma tan magistral y terrorífica, que el espectador termina siendo otro personaje del filme, experimentando todas las emociones que trascienden durante todo el visionado.

La película es brillante, tiene un ritmo demoledor, hay escenas magistrales y estremecedoras. Es increíble la adaptación de Haneke del libro de Jelinek, capta absolutamente todo y lo transforma a su propio cine. La película es bastante psicológica y aborda el tema de los traumas y enfermedades mentales de forma muy curiosa. Como comenté anteriormente, invitándonos desde el inicio a entrar de lleno en la trama, y a partir de allí, no soltarnos hasta el final. Y aún después del final, quedamos con la película en la cabeza, ya sea con imágenes grotescas o maravillados de lo que acabamos de ver, o ambas cosas.

Las actuaciones son brillantes, resaltando a la pareja principal, la veterana y grandiosa actriz Isabelle Huppert interpreta a Erika de forma magistral, borda el personaje por todos lados. Benoit Magimel, interpreta excelentemente al “buen” Walter. Ambos personajes alcanzan un grado tan alto de realismo y compromiso con sus personajes, que nos permitimos hacer juicios sobre ambos y las razones de sus actos. En esa reflexión pueden sacar conclusiones interesantes. ¿Erika es una enferma o una víctima? Y Walter que es el otro personaje interesante, que rápido alcanza el nivel de Erika o lo sobrepasa, ¿Sólo necesitamos un pequeño empujón para revelar nuestra más oscura naturaleza?, en fin, estas y otras preguntas pueden ser planteadas al final y en el desarrollo de este grandioso filme. De mis favoritas de Haneke.