Supongo que cuando en el futuro el planeta Tierra no sea más que un desierto de polvo y cenizas, en algún lugar remoto, puede que quede una copia de "El Gran Dictador" en un formato que haya sobrevivido al paso del tiempo. Quien consiga hacerse con esa copia y visualizarla de nuevo asistirá entonces a uno de los legados de la Humanidad, a un Testamento Vital sin precedentes: la esencia del Hombre en estado puro.
Absoluta obra maestra, inmunizada para la eternidad contra el paso del tiempo, la visión de este film sólo puede confirmarnos que cada fotograma es una pura inspiración de un Chaplin en estado de gracia. Y el mejor síntoma de ello es que no importa en que etapa de tu vida la hayas visto porque siempre acaba impactando el mensaje de rabiosa humanidad ante el delirio y la sinrazón de los enemigos de la libertad. Personajes, escenas y situaciones que ya forman parte de nuestra memoria más íntima.