Buena continuación de la película de 2015 Creed revestida por ese aire de nostalgia que le otorga que retorne el mítico Iván Drago a escena, esta vez, como entrenador de su hijo, un armario ropero de vástago, que, instruido por su padre, querrá vérselas con Adonis Creed para resarcirse de la derrota que le infligió Rocky en la cuarta película de la saga.

Es curioso ver que, a pesar de enlazar con aquella cuarta película, este nuevo filme posee personalidad propia y logra que el espectador se interese, casi del mismo modo, con las historias, tanto de Rocky, como la de Adonis Creed, con el fin, supongo, de que este último personaje siga teniendo el suficiente interés como para alguna secuela más que puedan hacer.

El problema, al menos en mi caso, es que yo soy de la vieja guardia y me sigue pareciendo mucho, pero mucho, mucho, más interesante lo que le ocurre al personaje de Stallone que al de Michael B. Jordan, pues Adonis Creed carece de ese encanto y entrañabilidad que tiene Rocky.

Pese a todo, como digo, esta nueva franquicia tiene personalidad propia y suficientes alicientes para seguir teniendo éxito a pesar que, y según sus propias palabras, en este filme haya acabado la participación de Stallone.

En resumen, buena película cargada de nostalgia y gran cierre para nuestro mítico Rocky. Nota 7.