Fallida superproducción de corte fantástico, hermana bastarda de Star Wars, que se estrelló en taquilla estrepitosamente. A pesar del considerable dinero invertido la película enseguida quedó desfasada por la imposible mezcla entre el género fantástico y la edad medieval. Todo el apartado técnico a excepción de la banda sonora, obra de James Horner y a la postre lo mejor de la película, luce obsoleto. Es decir, vestuario, diseño de producción y efectos especiales desfasados en una historia que se asemeja un tanto a la del Señor de los anillos pero que no funciona de ninguna de las maneras.