Asumo que con la primera crítica que escribí sobre esta película fui demasiado duro. El problema es que la hice sin haberla visto recientemente, recordando las malas impresiones que me causó cuando la vi por primera vez hace muchos años y me dejé llevar desfogándome de lo lindo y no es justo. Reconozco ahora después de verla un par de veces más que sin ser una gran secuela se deja ver por lo menos. Hay más presupuesto y eso se traduce en más acción y que está mejor hecha. El guion es obra de nuevo de Carpenter y de la que fuera su mujer en aquella época Debra Hill. También repiten sus protagonistas principales en una historia que continúa donde terminó la anterior y que es sobre todo una repetición de la original aunque en algunos tramos algo más lenta y con más dosis de violencia y sexo. Curtis no tiene tanto protagonismo en la historia, aparece más al final, y el resultado es una secuela digna, típica de las muchas que se rodaron en aquella etapa en la que el subgénero slasher estaba tan de moda. Como es todavía la segunda entrega la saga aún tenía interés y el público respondió bien en taquilla dejando la puerta abierta para una secuela aunque argumentalmente parece que la historia termina con esta secuela.