Al final de la guerra que duró una década el país quedó devastado a merced de los fundamentalistas. La idea que sugiere la película es que si los Estados Unidos no se hubiesen desentendido tan rápido del conflicto y hubieran dedicado unos pocos recursos para reconstruir servicios esenciales como el de la educación, tal vez Afganistán no se habría convertido en un vivero de terroristas y se hubiesen evitado los males que todos conocemos. Es decir, lo importante para los americanos no era ayudar al pueblo afgano sino más bien servirse de él para atacar a los rusos y de paso vengarse por lo de Vietnam.