Hay muchas cosas que no se deben contar de Silent Night para que nos vaya sorprendiendo ella sola. Que la película nos vaya mostrando sus cartas con su propia narrativa sin tener a priori de la sinopsis funciona muy bien, así que intentaré no desvelar mucho de esta propuesta curiosa y entretenida.

Nell (Keira Knightley) recibe con su marido (Matthew Goode) y sus dos hijos a todos sus amigos para celebrar juntos la Navidad en su bella mansión de la campiña británica. La excéntrica Sandra (Annabelle Wallis), la tímida nueva incorporación al grupo Sophie (Lily-Rose Depp) y su amigo del alma James (Sope Dirisu) se sientan a la mesa a comer y beber como si se tratase de una Navidad normal. Pero poco a poco descubrimos que su reunión no tiene nada de corriente.

Lo primero que me sucedió con Silent Night es que me estaba desesperando. Los primeros 20 minutos se me hicieron pesados, todos los personajes me caían mal y no entendía sus comportamientos, me parecían histriónicos y no soportaba sus actitudes ni sus conversaciones. Pero poco a poco, a medida que la trama se va haciendo evidente y entendí lo que estaba a punto de pasar, empecé a interesarme y me sorprendí a mi misma sintiendo angustia, pena y nervios. Gran parte de haber sentido esas emociones se lo debo a Roman Griffin Davis (al que descubrimos en JoJo Rabbit y que es hijo de la directora de esta película, Camille Griffin), que para mí es el personaje más interesante de la historia. Desde su punto de vista de niño que se ve forzado a dejar la niñez (y básicamente todo) atrás, me hizo vivir la historia de una forma mucho más real, y me creí sus emociones 100%. En un mundo donde los adultos parecen perder la esperanza o la solidaridad, este personaje es esencial para que Silent Night nos llegue.

Y en cuanto a eso, lo “real” también es otro de los puntos fuertes de Silent Night. Por desgracia este tipo de ficciones ya no nos parecen eso: pura ficción. Y por lo tanto los acontecimientos que se desarrollan no nos son tan ajenos, nos podemos imaginar perfectamente que eso vaya a suceder, que el gobierno nos reparta cierta medicación, y que debas decidir qué harías tú en una tesitura así. Podríamos decir que de una forma absolutamente diferente a otras pelis de este año (In The Earth, Gaia) el tema del eco-terror está muy presente en Silent Night, y ya forma parte de la época que vivimos.

Camille Griffin dirige aquí su primera película, que también escribe, tras una carrera en el cortometraje. Y aunque como he comentado los personajes no me encantan a excepción de Art, y el final reconozco que me lo vi venir desde un rato antes, será seguramente una película que guste mucho y a muchos.

La tierra es finita amigos del terror, y si queréis cenar con Kiera Knighthey antes de que eso pase, esta es vuestra oportunidad.

https://www.terrorweekend.com/2021/10/silent-night-review.html