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Voto de El Golo Cine:
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Ciencia ficción. Thriller
Evan McCauley tiene habilidades que nunca ha aprendido y recuerdos de lugares que no ha visitado. Automedicado y al borde del colapso mental, un grupo secreto que se autodenomina "Infinitos" acude a su rescate, revelando que sus recuerdos son reales. Adaptación de la novela de D. Eric Maikranz.
10 de junio de 2021
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Infinite (2021) es la nueva película de ciencia ficción y acción de Antoine Fuqua, en la que presenta un enfrentamiento entre dos facciones de hombres que tienen la capacidad de reencarnar. Con Mark Wahlberg y Chiwetel Ejoifor. Estreno en Paramount +.
Por Nicolás Bianchi
Fuqua supo brillar con Training Day (2002), con la intriga policial como principal activo, y luego discurrió por caminos más frecuentes en el cine de acción como con las dos entregas de The Equalizer (2014 y 2018) o el western The magnificent seven (2016). No hay dudas de que el director sabe encuadrar persecuciones automovilísticas, tiros, explosiones y cuchillazos, y de todo eso hay en Infinite, aunque también está claro que nunca encontró un guión como el del film de 2002 que lo lanzó a la fama. Esta no es la excepción a la dinámica que tomó su carrera desde hace tiempo.
Evan (Mark Wahlberg) es un hombre que, al parecer, padece esquizofrenia y sufre de problemas mundanos: no tiene trabajo, está por quedarse sin dinero y por lo tanto ve comprometida su capacidad de pagar el alquiler. A partir de un trato con un narcotraficante que se complica, del que esperaba obtener los medicamentos para que las alucinaciones no se apoderen de su vida, Evan es arrestado.
En la comisaría donde está esposado es visitado por Bathurst (Chiwetel Ejoifor), quien inicia el despertar del personaje al contarle que se conocen de las guerras púnicas, la Revolución Francesa y varios otros eventos históricos. Cuando los personajes se empiezan a entender, Evan es rescatado por una mujer que maneja un auto blindado que rompe una de las paredes de la comisaría para ingresar adonde el protagonista está encerrado. Así de drásticas, o torpes, son las acciones en una película que avanza a los golpes.
Infinite plantea el enfrentamiento entre dos facciones de hombres que tienen la singular capacidad de reencarnar y vivir distintas vidas. Son seres extraordinarios, que a partir de la pubertad comienzan a recordar las vidas pasadas y recuperan todas sus habilidades. Pero en algún momento de la historia algunos de ellos empezaron a sentir que la sucesión existencial, por decirlo de alguna manera, se hizo demasiada larga, por lo que diseñaron un dispositivo para terminar con toda la vida en la Tierra, y por lo tanto evitar la reencarnación.
Por Nicolás Bianchi
Fuqua supo brillar con Training Day (2002), con la intriga policial como principal activo, y luego discurrió por caminos más frecuentes en el cine de acción como con las dos entregas de The Equalizer (2014 y 2018) o el western The magnificent seven (2016). No hay dudas de que el director sabe encuadrar persecuciones automovilísticas, tiros, explosiones y cuchillazos, y de todo eso hay en Infinite, aunque también está claro que nunca encontró un guión como el del film de 2002 que lo lanzó a la fama. Esta no es la excepción a la dinámica que tomó su carrera desde hace tiempo.
Evan (Mark Wahlberg) es un hombre que, al parecer, padece esquizofrenia y sufre de problemas mundanos: no tiene trabajo, está por quedarse sin dinero y por lo tanto ve comprometida su capacidad de pagar el alquiler. A partir de un trato con un narcotraficante que se complica, del que esperaba obtener los medicamentos para que las alucinaciones no se apoderen de su vida, Evan es arrestado.
En la comisaría donde está esposado es visitado por Bathurst (Chiwetel Ejoifor), quien inicia el despertar del personaje al contarle que se conocen de las guerras púnicas, la Revolución Francesa y varios otros eventos históricos. Cuando los personajes se empiezan a entender, Evan es rescatado por una mujer que maneja un auto blindado que rompe una de las paredes de la comisaría para ingresar adonde el protagonista está encerrado. Así de drásticas, o torpes, son las acciones en una película que avanza a los golpes.
Infinite plantea el enfrentamiento entre dos facciones de hombres que tienen la singular capacidad de reencarnar y vivir distintas vidas. Son seres extraordinarios, que a partir de la pubertad comienzan a recordar las vidas pasadas y recuperan todas sus habilidades. Pero en algún momento de la historia algunos de ellos empezaron a sentir que la sucesión existencial, por decirlo de alguna manera, se hizo demasiada larga, por lo que diseñaron un dispositivo para terminar con toda la vida en la Tierra, y por lo tanto evitar la reencarnación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Bathurst es el líder de los nihilistas, o sea los villanos, mientras que Evan debería ser el de los creyentes. El problema es que por su tormentosa encarnación presente no lo puede recordar todavía. La posibilidad de cierta profundidad existencial nunca es explorada por la trama que se aturde en una serie de explicaciones demasiado rebuscadas para una historia en la que es obvio, desde el primer minuto, que la resolución de todo el conflicto va a ser a las piñas (o tiros, explosiones y demás variantes).
Por momentos Infinite luce como las sagas de adolescentes (The Hunger Games o Divergent) en las que hay dos facciones enfrentadas, con la diferencia que aquí todos los personajes son adultos. Hay cierto aire a The Matrix en el despertar del personaje. La forma en la que Bathurst quiere terminar con la vida en el mundo es muy parecida a la del villano Thanos en la última Avengers, y en distintas escenas de acción se muestra una estética que tiene similitud con la lógica de las Mission Impossible protagonizadas por Tom Cruise. Wahlberg también hace malabares en aviones en pleno vuelo, motos y otros medios de transporte. Nada es del todo original en Infinite, que en definitiva luce como un remixado de ideas de otras películas.
Por momentos Infinite luce como las sagas de adolescentes (The Hunger Games o Divergent) en las que hay dos facciones enfrentadas, con la diferencia que aquí todos los personajes son adultos. Hay cierto aire a The Matrix en el despertar del personaje. La forma en la que Bathurst quiere terminar con la vida en el mundo es muy parecida a la del villano Thanos en la última Avengers, y en distintas escenas de acción se muestra una estética que tiene similitud con la lógica de las Mission Impossible protagonizadas por Tom Cruise. Wahlberg también hace malabares en aviones en pleno vuelo, motos y otros medios de transporte. Nada es del todo original en Infinite, que en definitiva luce como un remixado de ideas de otras películas.