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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
6
Drama. Comedia En la sureña Atlanta, Georgia, Miss Daisy (Jessica Tandy) es una antipática y autoritaria profesora jubilada de 72 años. Tras sufrir un accidente conduciendo su coche, su hijo (Dan Aykroyd), temiendo por la vida de su madre, contrata a un chófer negro (Morgan Freeman) para que la lleve de paseo. Al principio, la desconfianza de la anciana respecto al tranquilo conductor es absoluta. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2021
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Driving Miss Daisy (1989) cuenta un vínculo de amistad entre dos personajes añosos, una señora judía adinerada y su chofer afroamericano. La película, ganadora del Oscar, muestra una relación desigual pero con respeto, como si se tratara de un estado de armonía posible.

Por Nicolás Bianchi

El sur de los Estados Unidos es el escenario típico de los relatos que ponen al racismo en el centro de la cuestión. En este caso se trata del estado de Georgia, a comienzos de los años 50, donde la señora Daisy (Jessica Tandy), por el paso de los años ve impedida la posibilidad de manejar su propio auto. Su hijo Boolie (Dan Aykroyd), un importante empresario textil de la zona, contrata, a pesar de la férrea voluntad de su madre, al chofer Hoke (Morgan Freeman), un afroamericano de alrededor de 70 años (por más que el actor en ese momento apenas llegaba a los 50) que es viudo, está desempleado y necesita un trabajo.

Driving Miss Daisy (1989), dirigida por el australiano Bruce Beresford, es sumamente previsible desde su planteo. Al principio Daisy mira con recelo y desconfianza todo lo que hace Hoke para luego ir aflojando de a poco. La película está basada en una obra teatral escrita por Alfred Uhry, un autor que se dedicó en sus obras a retratar la vida de la comunidad judía de la ciudad de Atlanta y sus alrededores.

Por más que no sea teatro filmado sino cine, se nota el aire escénico del film. Pocos personajes en también pocos escenarios. El mayor peso dramático está dado por los diálogos, que suceden mayormente en la casa de Daisy o sino en el auto, donde comienza a desarrollarse una relación entre la docente jubilada y el obrero ahora devenido en chofer.

La casa de Daisy es una mansión del sur esclavista extrapolada a la década del 50 del siglo XX. A Hoke se suma la empleada doméstica Idella (Esther Rolle), y Daisy en distintos momentos desconfía de ambos. Si antes durante el esclavismo el miedo de los blancos era ser matados ahora, cuando la relación es mediada por el dinero, lo que teme la señora es que le roben, por eso cuenta meticulosamente las piezas de vajillas y hasta las latas de conserva que posee en su despensa.

En este presente de relaciones económicas supuestamente voluntarias la armonía es posible. Eso es lo que a todas luces quiere decir la película, que como temas secundarios trata al envejecimiento y la soledad. Pero lo central pasa por el racismo, tópico que se reitera en distintas escenas. En principio, quizás involuntariamente, el film retrata una sociedad sumamente desigual en la que existe una señora rica, que quiere disimular sus privilegios a toda costa, y un chofer afroamericano que a sus 60 y pico de años todavía no aprendió a leer.

Una escena tensa, sensación que no abunda en la película, ubica a Daisy y Boolie en un lugar casi progresista. En un viaje interestatal la señora y Hoke son abordados por dos policías mientras descansan al costado del camino. Les piden los documentos del auto y cuando efectivamente comprueban que se trata de una mujer blanca con su chofer los dejan seguir. Ya cuando los protagonistas partieron los policías comentan con desprecio la supuestamente extraña pareja que conforman “una judía y un negro”. Ni Daisy ni Boolie llegan a ese extremo racista.

Finalmente, en otra escena la película admite parte de sus limitaciones. Ya corren los años 60 y Daisy concurre a una cena en la que habla Martin Luther King. Ella se muestra fascinada por los cambios positivos que se están desarrollando pero, mientras tanto, Hoke masculla que al final de cuentas todo sigue de la misma manera que siempre. Y tiene razón, aunque la película trate sobre otra cosa, sobre la posibilidad de convivir respetuosamente e incluso de trabar relaciones cariñosas en una sociedad con jerarquías rígidas y sumamente desiguales. Es un plan muy confortable, sobre todo para los blancos que además son ricos.

La película se encuentra disponible en varias plataformas (Qubit TV, Movistar Play y Amazon Prime) y también se consigue online. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
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