Cuando parecen estar de moda los melodramas históricos, sale a la luz esta apuesta sin duda sugerente, en la que se unen dos de las más sensuales estrellas de Hollywood, Natalie Portman y Scarlett Johansson, para dar vida a las hermanas Bolena, dos mujeres que hicieron zozobrar el trono de Inglaterra en el siglo XVI, a través de su rey, el polémico Enrique VIII. El film tiene la suficiente grandiosidad en el diseño de producción como para convertirse en una clásica película que encandilará a los amantes del cine histórico, pero a nivel dramático queda empañado por una dirección de actores que únicamente se salva por la calidad de Natalie Portman, Eric Bana y unas esplendorosas Ana Torrent y Kristin Scott Thomas, completamente sobresalientes. Tanto Scarlett Johansson como el resto de los intérpretes resultan manifiestamente sosos para una serie de papeles que deberían tener mucha más "sangre" (¿o acaso se trata de la "flema británica"?). La escalada de poder de la familia Bolena cuando Enrique VIII es incapaz de conseguir un hijo primogénito de su matrimonio con Catalina de Aragón es el punto de partida de esta cinta, que muetra todas las intrigas cortesanas para conseguir el poder, sea al precio que sea. El directo tráfico de "carne" -por llamarlo de un modo elegante...- resulta sobrecogedor en muchos momentos, en los que jamás se piensa en los sentimientos o pensamientos de aquellos que han de servir para el engrandecimiento de sus respectivas familias -incluido el propio rey, que busca desesperadamente un hijo varón-. El guión tiene un pequeño bache de ritmo en el segundo acto, que ralentiza un poco la historia, y merece la pena destacar una excelente banda sonora, con notas muy originales. No obstante, a pesar de que "Las hermanas Bolena" es una película interesante de ver, la inexperiencia como director del realizador televisivo y también actor Justin Chadwick resulta un lastre para el resultado final de un film manifiestamente mejorable.