La película prometía. Alejándose de los cada vez más numerosos remakes, secuelas y adaptaciones, esta historia contada desde 8 puntos de vista parecía una propuesta bastante original y alejada de los tópicos del cine comercial actual.
Con un arranque ciertamente espectacular y una propuesta inicial muy original, la película va perdiendo fuelle con cada historia, los ''sorprendentes'' giros argumentales no hacen sino deshacer las cosas buenas que podía tener, perdiendo toda originalidad inicial y convirtiendo a la cinta en una americanada de tomo y lomo, típica y tópica. Además, según va avanzando uno se da cuenta de que es un avance artificial, forzado, con un tremendo baile de personajes en su recta final. Con media hora menos, y manteniendo la idea original hubiera sido una película algo más notable.
Pese a todo ello, viéndola se pasa una hora y media entretenida, sobre todo gracias a los actores, verdaderos salvadores de la cinta. Solo por ver a Eduardo Noriega, Matthew fox y Edgar Ramírez compartir plano ya vale la pena verla.